Los retos urgentes a los que se enfrenta el planeta para mantener la biodiversidad, requieren que los pueblos indígenas estén empoderados para actuar a nivel nacional con la ayuda de la comunidad internacional, dijo el organismo de la Naciones Unidas en una publicación sobre el tema.
“Las culturas de los pueblos indígenas y las comunidades locales integran la custodia de la vida silvestre. Sencillamente, no pueden concebir su vida separada de la naturaleza y tienen un gran interés en el uso sostenible de los recursos”, señaló Eva Müller, directora de Políticas y Recursos Forestales de la FAO.
“El empoderamiento de estos grupos –añadió-, combinado con sus conocimientos y capacidad de planificación a largo plazo, es esencial para asegurar la supervivencia de las generaciones futuras, tanto de los seres humanos como de la vida silvestre”.
Esta relación entre humanos y vida silvestre es el tema central de una nueva edición de Unasylva, la publicación forestal trimestral de la FAO presentada este viernes, y elaborada de forma conjunta con la Asociación de colaboración sobre manejo sostenible de la vida silvestre (CPW, por sus siglas en inglés).
Los autores citan estudios de casos de diversos países para ilustrar cómo los pueblos indígenas pueden optimizar los beneficios para sus medios de subsistencia y salvaguardar la vida silvestre, siempre que se les dé el derecho de tomar sus propias decisiones en los territorios que habitan.
En la zona norte del Monte Kenya, por ejemplo, el denominado Il Lakipiak Maasai (“Pueblo de la vida silvestre”) posee y opera el único santuario de rinocerontes de propiedad comunitaria existente en el país.
Este pueblo indígena ha logrado atenuar los conflictos entre los humanos y la fauna silvestre local provocados por la intrusión de animales silvestres que buscan agua, presas y pastos durante la sequía.
Lo lograron reduciendo en sus tierras la tala de arbustos para asegurar más forraje para los animales. A través de esta estrategia de conservación, los maasai han demostrado que pueden coexistir armoniosamente con la vida silvestre al tiempo que sostienen sus propias vidas y culturas pastoriles.
Según la publicación, los conflictos entre humanos y vida silvestre se han hecho más frecuentes y graves, especialmente en África, debido al aumento de la competencia por la tierra en zonas previamente agrestes y deshabitadas.
A menudo son el resultado del crecimiento demográfico, la creciente demanda de recursos naturales y la mayor presión por el acceso a la tierra, con la expansión de las vías de transporte, la agricultura y la industria.
De forma específica, la publicación subraya que en África central y austral, la fauna y la población seguirán compartiendo paisajes y recursos, y que existen conflictos que probablemente empeorarán a menos que se tomen medidas.
En vista de ello, la FAO, el Centro de Investigación Agrícola para el Desarrollo Internacional (CIRAD) de Francia, y otros socios, han desarrollado el primer conjunto de herramientas sobre los conflictos entre los seres humanos y la vida silvestre (Human-Wildlife Conflict-HWC) , que ha ayudado a una comunidad local en el Parque Nacional Monts de Cristal, en Gabón.
La publicación aborda también la controversia sobre la caza deportiva, argumentando que, si está bien administrada, puede desempeñar un papel positivo apoyando la conservación y los medios de subsistencia de las personas pobres en las zonas rurales.
Asegura que el impacto de la prohibición total de la caza de trofeos puede ser perjudicial para los pueblos indígenas y el medio ambiente, y que por ello es necesario un enfoque más matizado.
En muchos contextos, la caza deportiva se superpone con la caza para obtener alimentos. Muchos cazadores de ciervos, por ejemplo, pueden abatir animales con cuernos más grandes como trofeos, pero si no los encuentran, cazarán a otros por su carne.
Además, los beneficios de la caza para los propietarios de las tierras pueden hacer que la vida silvestre sea una opción atractiva para su uso, alentándolos a mantener y restaurar el hábitat y las poblaciones de animales y a combatir la caza furtiva.