Tras una reunión sobre el tema celebrada en Roma, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó en un comunicado que el gusano cogollero se vuelve más destructivo a medida que ataca a más cultivos y a diferentes partes de las plantas y aumenta su apetito por el sorgo y el mijo, además del maíz.
Indicó que la plaga podría extenderse a África del Norte, Europa meridional y el Cercano Oriente, por lo que pidió que se intensifique de forma generalizada la campaña contra el gusano -también denominado "oruga tardía" (spodoptera frugiperda).
La idea, dijo, es la idea de entrenar a más de 500 mil agricultores a gestionar la plaga a través de escuelas de campo para agricultores en el África Subsahariana.
"El gusano cogollero podría hacer padecer hambre a 300 millones de personas en África subsahariana, ya que ha infestado campos de maíz y sorgo en 44 países en un área de más de 22 millones de kilómetros cuadrados, superficie equivalente a la Unión Europea, Australia y Estados Unidos juntos", explicó Bukar Tijani, representante Regional de la FAO para África.
Durante una reunión en Roma de socios que aportan recursos reconoció su preocupación "por el desastroso impacto que la plaga puede tener en países que ya se enfrentan a esa crisis".
Hasta la fecha, la FAO ha invertido más de nueve millones de dólares de su presupuesto regular y movilizado 12 millones más para sus programas destinados a combatir el gusano cogollero.
"Aunque aplaudimos las contribuciones de una amplia gama de socios de recursos, incluyendo de los países africanos afectados por la plaga, es necesario cubrir urgentemente un grave déficit de 23 millones de dólares para permitir que la FAO ayude de forma eficaz a los países a hacer frente a los retos del gusano cogollero en 2018", señaló Tijani.
La plaga apareció por primera vez en el continente en 2016, en África occidental. En la actualidad, se ha extendido rápidamente por el África subsahariana, y ahora solo 10 países (la mayor parte en África del norte) no están infestados.
Los pequeños campesinos -la inmensa mayoría de las decenas de millones de productores de maíz del África subsahariana- son los más afectados por el gusano cogollero, y cualquier daño adicional infligido por la plaga tendría consecuencias drásticas en sus vidas.
Por ejemplo, si el 20 por ciento de su producción anual de maíz se perdiera a causa del gusano cogollero, resultaría en un déficit de 16 millones de toneladas de este cereal, por valor de casi cinco mil millones de dólares.
"Hemos desarrollado herramientas y aplicado medidas para hacer frente al gusano -aseguró Tijani-, desde capacitar a agricultores y extensionistas sobre cómo aplicar remedios locales, hasta equiparles con aplicaciones móviles para que puedan reconocer a su nuevo enemigo".
Resaltó que los campesinos entrenados en la gestión del gusano cogollero pueden ahora detectar antes las infestaciones y proteger mejor sus cultivos, e informan de menos daños.
En la reunión, los socios que aportan recursos destacaron la función de coordinación de la FAO para combatir el gusano cogollero y apoyaron su enfoque del manejo integrado de plagas (MIP), que implica gestionar la amenaza del gusano cogollero de manera eficaz y sostenible a nivel económico y ambiental.
La FAO tomó medidas inmediatas tan pronto como se detectó la presencia del gusano cogollero en África, entre ellas: reunir a expertos para compartir conocimientos y experiencias sobre la gestión sostenible de la plaga.
También desarrollar herramientas (manuales para agricultores, aplicaciones móviles, plataforma web) para crear mejores mecanismos de alerta, seguimiento y respuesta; y apoyar a los países para mitigar el daño causado por la plaga, desarrollando planes de acción y políticas, y capacitando a los extensionistas y agricultores.
En octubre de 2017, la FAO lanzó un programa para hacer frente al gusano cogollero de 87 millones de dólares. El programa recibe fondos de Bélgica, Irlanda, Japón y Estados Unidos.
En África se desarrollan más de 30 proyectos apoyados por la FAO para combatir la plaga. Estos incluyen la capacitación hasta la fecha de 20 mil campesinos y agentes de extensión que trabajan sobre el terreno.