En México, 72.59 por ciento de las personas confía demasiado en la fe y muy poco en la ciencia, revela la encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México 2011, elaborada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el INEGI.
De acuerdo con la chamana Carla Cerezo, la mala vibra está constituida por energías frías y calientes, "cuando alguien trabaja con una energía fría, es que te están haciendo brujería, desde poner una salación, hasta encontrar un muñeco vudú", señaló.
La otra energía es cuando alguien de la oficina te tiene envidia y todo el tiempo ataca a una persona, o con solo maldecir aun cuando no haya dicho nada más, esa es la mala vibra de la gente, resalta.
La encuesta también revela que 72.24 por ciento de las personas reconoce la acupuntura, la quiropráctica, la homeopatía y las limpias como medios para el tratamiento de algunas enfermedades.
Cerezo precisa que un chamán se divide en animales de poder, que son en los que ellos confían, y tienen diferentes características, por ejemplo, su animal es un águila, por lo tanto tiene como amuleto una de sus plumas que es la que la protege, es su fuerza, la que la conecta con el cosmos.
Menciona que todos los amuletos trabajan de la misma forma, otros cargan piedras de obsidiana que tiene la propiedad de desincrustar las malas energías, otros utilizan cuarzos, plumas, otros tienen bastones de poder.
Los amuletos, explica, son objetos a los que se les confiere un poder, por ejemplo "si me dices, me encontré esta piedra en Teotihuacán y desde que la tengo me ha dado mucha suerte, le estas dando ese poder a la piedra y la conviertes en tu amuleto.
Es como trasladar la energía del humano y unirla con la del universo o de la deidad en la que creen, resalta.
En cuanto el costo, comentó que se tiene la creencia de que un buen brujo no te va a cobrar, pero hay chamanes reconocidos que dicen: "no es que lo haga gratis sino que tiene que haber un intercambio de energía, tú me das, yo recibo, dame lo que tú crees lo que vale mi trabajo".
Los precios pueden oscilar entre los 100 o 200 pesos, pero conoce a chamanes que cobran hasta tres mil pesos por limpia y si es en casa, cobran dos mil pesos por habitación.
Carla Cerezo realiza limpias de manera profesional desde hace dos años, señala que hay más chamanes hombres, las mujeres son pocas y ellas trabajan de diferente manera, se apoyan mucho con la aromaterapia o hierbas.
Asimismo, explica que cuenta con una certificación por parte de la Secretaría del Trabajo, a través de la Secretaria de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec), por medio del programa Medicina Tradicional y Herbolaria en la Ciudad de México.
Dicha iniciativa busca impulsar la atención de problemas de salud pública de la población indígena y de pueblos y barrios originarios de la Ciudad de México, desde un enfoque de respeto a sus método de curación tradicionales, así como de sus usos y costumbres.
Por otro lado, para evitar caer con charlatanes, recomienda acudir con chamanes que si bien, no estén certificados, sean reconocidos por su comunidad, que den buena referencia de ellos.
Y en el caso de que los "pseudochamanes" con las que se realizan las limpias y no les quieran dar un precio por el trabajo, las personas deben exigirlo, ya que en ocasiones, en la primea consulta les pueden cobrar 100 pesos, pero les dicen que tiene un trabajo muy fuerte y que los van a curar con velas.
Las cuales tienen un costo de 700 pesos y necesitan 10, entonces es donde puede haber fraude, refiere.
Por lo cual señala que las personas deben ser prudentes, no caer en fanatismo, y cuidar en no caer en manos de personas sin escrúpulos, a quienes entreguen mucho dinero y exponen su integridad física, monetaria y anímica.