Portugal, 25 Julio 2024.- La Iglesia católica de Portugal afirmó el jueves que la indemnización prevista para las víctimas de violencia sexual en el seno de la institución se pagará de forma "proporcional a la gravedad" de los abusos.
En abril la Iglesia prometió indemnizar a las víctimas de abusos tras la publicación de un informe que concluyó que al menos 4.815 menores habían sido agredidos por eclesiásticos desde 1950.
Además de niños, el informe publicado en febrero de 2023 constató que adultos vulnerables y en situación de riesgo también fueron objeto de abusos en el seno de la Iglesia en Portugal, que encubrió los crímenes.
La conferencia episcopal portuguesa, que fijó el jueves las condiciones en las que miles de víctimas podrían reclamar una indemnización, dijo que estas reparaciones no son solo "simbólicas".
La compensación económica no pretende "borrar lo que no se puede borrar", pero "debe ser proporcional a la gravedad del daño sufrido por las víctimas", señaló la conferencia episcopal en un comunicado.
Las solicitudes de indemnización deberán presentarse antes de finales de diciembre de 2024.
Las indemnizaciones se pagarán con un fondo creado por la conferencia a tal efecto, que será financiado "solidariamente" por todas las diócesis del país.
Aún no está claro cuántas personas solicitarán la restitución, puesto que muchas de las víctimas ya fallecieron.
Portugal es uno de los países que se han visto afectados por escándalos de abusos eclesiásticos en los últimos años.
Durante una visita a Lisboa el pasado agosto, el papa Francisco se reunió con 13 víctimas de pederastia.
El informe del año pasado, encargado por la Iglesia pero realizado por expertos independientes, concluyó que la jerarquía eclesiástica había encubierto la violencia sexual de forma "sistémica".
La comisión independiente recogió más de 500 testimonios en un país donde cuatro quintas partes de la población de 10 millones de habitantes se identifica como católica.
Tras su publicación, los dirigentes de la Iglesia pidieron perdón a las víctimas, reconociendo que era necesario "cambiar la cultura de la Iglesia".
La conferencia episcopal afirmó que, desde 2021, la Iglesia ha puesto en marcha nuevas medidas para prevenir nuevos casos de violencia sexual y ha incrementado su colaboración con las autoridades en esta materia.