La Pirámide de Cholula es uno de los sitios arqueológicos que los pobladores y visitantes, nacionales y extranjeros, acuden con más frecuencia con el arribo del equinoccio de primavera, que este día fue generoso al registrar en promedio una temperatura de 21 grados centígrados, cielo medio nublado y un poco de aire.
Como cada 21 de marzo, numerosos grupos de familias y amigos acudieron a esta pirámide que, a decir del Ayuntamiento de San Pedro Cholula, es considerada la más grande del mundo en base, superando a la del Sol en Teotihuacán y la de Keops, en Egipto.
Su gran volumen es resultado de la superposición de otras pirámides, ya que la antigua pirámide se cubría en su totalidad para dar paso a una nueva construcción, lo que provocaba que la base fuera creciendo hasta conseguir con el paso del tiempo los más de 400 metros de largo por lado, 66 de altura y cerca de 4.5 millones de metros cúbicos que ostenta.
Está dedicada al dios Chiconquiahuitl (de la lluvia), el cual era venerado por la cultura Olmeca-Xicalanca hasta el año 1300 después de Cristo.
Hasta esta construcción, hombres y mujeres acudieron vestidos con ropas blancas, sombrero y lentes de sol, y zapato cómodo. Algunos más, con sus pequeños hijos cargados en brazos, otros aprovecharon para pasear sus mascotas, y los menos recorrieron con las bicicletas.
En lo más alto de la pirámide, y a los pies del Santuario de la Virgen de los Remedios, autoridades de San Pedro y San Andrés Cholula protagonizaron el “hermanamiento” de ambas localidades, mismas que comparten en título de Pueblo Mágico.
Después, la gente que logra subir al mirador, sigue las instrucciones de los curanderos, chamanes y otras personas que ofrecen sus servicios de limpia con incienso, con caracoles, con campanas o con piedras preciosas.
No hay costo “por limpiar de malas vibras el aura de las personas”, el canasto de los curanderos recibe lo que sea la voluntad de los participantes, quienes en número se incrementa conforme avanzan las horas del día.
Autoridades municipales, guías autorizados y elementos de la Policía Federal vigilan que la estancia de los visitantes se lleve en orden, por lo que también impiden que se coloquen vendedores ambulantes y supervisan que el sitio permanezca limpio.
En tanto, en la explanada conocida como Parque Soria se colocaron vendedores de artesanías, piedras preciosas, tatuajes; antojitos como chalupas, mole poblano, aguas frescas, frutas con chile y limón; recuerdos de Puebla como figuras de Talavera, y otros servicios. Todo amenizado por los sonidos emitidos por los tambores de cuero.
Ahí mismo, los paseantes pudieron constatar el ritual de los Voladores de Papantla, quienes en esta ocasión estuvieron acompañados por mujeres que también se lanzaban al aire desde lo más alto del palo y amarradas a la cintura.
Los rituales, que se han hecho presentes desde el pasado fin de semana, continuarán en el transcurso del día y por la noche se prevé un performance a cargo de un grupo de danza que protagonizará el ritual a Quetzalcóatl, apoyado con luz, sonido y video mapping.