Madrid, 17 dic (EFE).- La Casa de México en España ya está lista para la Navidad con un gran nacimiento de hojalata repujada de 16 metros de largo sobre fondo azul y un árbol estrellado de cuatro de alto y del mismo color, que puede verse desde la calle y anima a entrar y dejarse deslumbrar.
“Lo que queremos es que se conozcan nuestros belenes tradicionales, hechos por varios maestros artesanos. Este año hemos apostado por la hojalata, un material muy mexicano”, comenta a EFE Ximena Caraza Campos, directora general de la Fundación Casa de México, en Madrid.
“Queremos dar la sensación de si estuvieras en el cielo, arropando a los que están más allá, y por eso todos los ángeles y tantas estrellas" que aparecen en el belén, explica.
Los nacimientos mexicanos son algo único en la representación del misterio del nacimiento del Niño Jesús, figura que, en la cultura mexicana, no se coloca hasta el mismo día 25 de diciembre, el día en que nació, según la costumbre cristiana.
UNA TRADICIÓN CENTENARIA Y ARTÍSTICA
La celebración navideña se arraigó en México desde el siglo XVI, cuando los frailes españoles introdujeron el catolicismo entre las culturas indígenas. Los religiosos encontraron en la colocación del nacimiento una forma de comunicar el mensaje y el significado de la venida de Jesucristo.
La tela sobre la que se alzan las figuras hojalata es un elegante tafetán azul, que recuerda lo celestial; y las flores blancas de papel son de casahuates, endémicas de México, que nacen en noviembre y diciembre y confieren "elegancia y suavidad al nacimiento”.
Otra flor presente es la de pascua, representada en el árbol de Navidad, que también se ha hecho frecuente en la ornamentación típica de estos días en España.
Este deslumbrante nacimiento de hojalata fue diseñado por Cristina Faesler y Mateo Holmes, ambos con un gran bagaje de la artesanía y la historia de México; y se inspiraron en un curioso elemento de la cultura mexicana: una especie de cartera pequeña de latón que lleva dentro un pequeño nacimiento ornamentado y colorido.
“La cartera de latón es un regalo muy típico de estas fechas, y es por ello que Faesler y Holmes piden a los maestros artesanos que lo realicen a gran escala”, comenta Daniela Cubillo, guía artística de Casa de México.
Juan y Luis Piña y Raimundo Amescua fueron los encargados de hacer realidad la idea. “Fue un gran reto para ellos -destaca- porque tuvieron que salir de sus proporciones habituales y trabajar a gran escala”.
Los artistas se toman ciertas licencias artísticas visibles. “Por ejemplo, el sombrero que lleva José no es el clásico de los nacimientos tradicionales”, precisa Cubillo.
Otro ejemplo de estas "libertades" es haber incorporado unas sirenas en la parte elevada del nacimiento, unos seres mitológicos sobre los que existen muchas historias en México; son llamadas 'tlachanas', e intentaban embaucar a los pescadores.
UN TRABAJO LABORIOSO
Las piezas llevan varios meses de trabajo, elaboradas en varias fases. Se empieza con una lámina de hojalata lisa de 80x90 centímetros, en la que se plasma el diseño; luego se corta la figura y se le da forma con cinceles o martillos. “Es un proceso muy laborioso”, resalta Cubillo.
“Nosotros, cuando estamos ante un espejo, nos vemos reflejados, y el uso de espejos en este nacimiento hace que nos veamos integrados”, explica sobre otros elementos de la composición.
Las estrellas son algo entrañable para los mexicanos, y evocan el "patrimonio emocional de los mexicanos”.
En definitiva, sintetiza la directora general Ximena Caraza: “Estamos felices de que todo madrileño, español y extranjero venga a ver nuestro arte popular que se integra en nuestros belenes, cada año queremos hacer belenes más grandes y el año próximo queremos hacer un recorrido con belenes de varias zonas de México”.