Pompeo hizo esta afirmación al intervenir en un simposio en la embajada de EEUU ante la Santa Sede, en el primer acto de su visita a Italia, una intervención que no ha caído bien entre las autoridades vaticanas.
El secretario vaticano para las relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, mostró su contrariedad por cómo se organizó hoy en la embajada el simposio sobre la libertad religiosa en el que intervino Pompeo.
Al ser preguntado por los medios italianos si la presencia de Pompeo en un simposio organizado en la legación estadounidense ante la Santa Sede, con participación del Vaticano, en medio de la campaña electoral era un intento de instrumentalizar al papa Francisco, Gallagher aseguró que ésta es una de las razones por las que el pontífice no le va a recibir.
Pompeo será recibido mañana por Gallagher y por el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, pero no por el pontífice, quien ya lo recibió en audiencia en octubre del año pasado.
Gallagher también criticó cómo se desarrolló el simposio. "¿Me escuchasteis mencionar a China? No me escuchasteis decir el nombre de ningún país, nosotros no nombramos y no culpamos a nadie. Éste es uno de los principios de la diplomacia vaticana", dijo un molestó Gallagher a los medios italianos.
"Solo tenía dos minutos, si me hubieran invitado a hablar durante 40 hubiera dicho más", continuó.
"Cuando se preparan las visitas así, a altos niveles, se negocian las agendas en privado, los cancilleres hablan y después se decide", agregó Gallagher, visiblemente contrariado.
El secretario de Estado estadounidense llegó esta mañana a Roma procedente de Grecia y participó en el simposio organizado por la embajada de su país ante la Santa Sede titulado "Promoción y defensa de la libertad religiosa internacional a través de la diplomacia".
Recordó en su alocución que esta semana se cumplirán 20 años de cuando el papa Juan Pablo II canonizó a 87 católicos chinos y 33 misioneros europeos asesinados en China antes de que el actual régimen comunista tomase el poder.
Agregó que en la defensa de la libertad religiosa en países como China, los gobiernos nacionales "están limitados por razones políticas", pero que la Iglesia, "por otra parte, no está obligada por estas consideraciones", "y no debe comprometer normas de principio, basadas en verdades eternas".
Pompeo ya había criticado en un artículo el acuerdo que se renovará entre China y el Vaticano al asegurar que ponía en peligro "la autoridad moral" de la Iglesia.
El secretario de Estado tiene previsto hoy reunirse en Roma con el primer ministro, Giuseppe Conte, y el ministro de Exteriores, Luigi di Maio.