Platillos de Michoacán, delicias purépechas para vivos y muertos

03 de Noviembre de 2017
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México, 3 Nov (Notimex).- Viajar a Michoacán en cualquier temporada del año, pero particularmente en Día de Muertos, además de nutrir el espíritu, es llenar el estómago con diversos platillos, antojos y bebidas que hasta a los difuntos hacen “volver a la vida”.

De entrada, unas gorditas hechas de maíz y frijol con un poco de crema y salsa sirven apenas para abrir el apetito; luego un rico nacatamal hecho con carne de cerdo y salsa de chiles secos, que no puede faltar en esta temporada.

Para seguir, llegan las corundas, otro típico tamal michoacano, pequeño, de forma geométrica elaborado con masa de maíz y manteca de cerdo, sin ningún relleno, y que a diferencia de otros tamales es envuelto en hoja de milpa.

Este platillo puede comerse sólo a acompañado con crema y salsa de jitomate y chile y unos trozos de queso ranchero, mientras en la cocina se escuchan los fuertes golpes que palmada a palmada dan forma a las tortillas hechas a mano para unas ricas quesadillas.

Ya rota la dieta, a disfrutar de unos ricos uchepos, otra delicia de la gastronomía michoacana, hechos a base de elote tierno con azúcar, que bien pueden funcionar como un rico postre, luego de degustar un rico pozole batido con carne de cerdo o pollo que en la región de Quiroga no tiene caldo.

Y qué tal un pan de sal o uno dulce con forma casi humana, acompañado de un rico y concentrado chocolate de agua o un atole de pinole hecho con maíz tostado y piloncillo, los cuales sirven para enfrentar el frío de la noche larga que apenas empieza para velar a los difuntos.

México es un país lleno de bebidas espirituosas y aunque el tequila es la bebida más representativa del país en el mundo, prácticamente cada estado de la República tiene su bebida embriagante; la de Michoacán es el charanda, un aguardiente hecho de la caña de azúcar.

El nombre del llamado “ron mexicano” es en honor al Cerro de la Charanda, que en lengua purépecha significa “tierra colorada”, punto donde se edificó la primera destilería de jugo de caña de la región, en las inmediaciones de Uruapan.

Para cerrar el viaje gastronómico por tierras purépechas, unos buenos tacos de carnitas. Las clásica y famosas carnitas de Michoacán, de surtida o maciza, son lo mejor para regresar a casa con el corazón, el alma y el estómago llenos y contentos, después de festejar a los muertos que pronto volverán o serán visitados por los vivos.