El Oktoberfest a la palestina regresa a la cervezera de Taybeh

03 de Septiembre de 2022
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Taybeh (Cisjordania), 3 sep (EFE).- Bailes palestinos, música árabe y concursos de beber cerveza marcan el retorno del Oktoberfest a la ciudad palestina cristiana de Taybeh, donde la familia Khoury abrió en 1994 la primera fábrica de cervecera artesanal de Oriente Medio, convertida hoy en una seña de identidad palestina que se exporta a 17 países.

En su 16 edición, después de dos años de pausa por la pandemia, el Oktoberfest de Taybeh, la versión local palestina de esa importante fiesta alemana, ha congregado este fin de semana a cientos de personas -muchos extranjeros, pero cada vez más palestinos- en esa pequeña ciudad, encajada entre Ramala y Jericó y a la que se llega por intrincadas carreteras.

DISTENSIÓN TRAS LA INTIFADA

"Organicé la primera edición del Oktoberfest de Taybeh en 2005. Salíamos de la Segunda Intifada, que tuvo un coste muy alto. Quería mostrar al mundo que los palestinos podemos resistir la ocupación y que somos gente normal que solo quiere tener cubiertas sus necesidades básicas", explica a EFE Nadim Khoury, cofundador y director general de Taybeh Brewing Company.

Desde entonces, se ha convertido en una cita esperada cada año -unas semanas antes que el Oktoberfest de Múnich (Alemania) donde cada año acuden religiosamente los Khoury- en los territorios palestinos, a pesar de que la mayoría de su población musulmana no bebe alcohol, e incluso empiezan a acudir algunos israelíes.

Robby, un judío-israelí residente en Tel Aviv, muestra orgulloso su kippa mientras degusta por primera vez la cerveza Taybeh -"de las mejores que he probado"- y defiende que se celebren "más acontecimientos festivos así para acercar más a israelíes y palestinos".

Aunque Taybeh se halla en el "área A" de Cisjordania ocupada, controlada civil y militarmente por la Autoridad Palestina y donde los israelíes tienen vetada la entrada según la ley israelí por "riesgo a su seguridad", Robby ha desafiado la prohibición para acudir al cada vez más popular Oktoberfest de este lugar, amenizado con cerveza, gastronomía local y folclore, con actuaciones de bandas palestinas ataviados con trajes típicos y la tradicional kufiya.

Igual que el Oktoberfest de Taybeh, el nacimiento de la fábrica de cerveza también está ligado a la historia palestina. Nadim, que había emigrado de joven a EE. UU. donde estudió Administración de Empresas, decidió regresar a su tierra natal en 1994, espoleado por los Acuerdos de Oslo de 1993 que avivaron el sueño de un Estado palestino independiente y de prosperidad económica.

"Este es mi país. Nací y crecí aquí. Mi familia lleva en Taybeh más de 600 años. Cada vez que mi padre venía a visitarnos a EE. UU. nos decía que teníamos que volver y hacer algo por Palestina. Mi padre, y también mi hermano, fueron los que me animaron a no desistir y lanzamos la primera cervecera artesanal de Medio Oriente", relata Nadim sobre los inicios de su fábrica, en la que ahora también trabajan sus hijos.

Nadim producía cerveza en EE. UU. de forma artesanal como un "hobby", que decidió convertirlo en su profesión para ganarse la vida al retornar a Palestina tras formarse en la Universidad Davis de California en ciencias de fermentación y graduarse como experto cervecero.

NEGOCIO EN EXPANSIÓN

A pesar del fracaso de los Acuerdos de Oslo, la fábrica logró prosperar y hoy produce 600.000 litros de diez variedades de cerveza que se venden en 17 países, la mayoría con importante tradición cervecera, como Alemania, Bélgica, Francia, España, Estados Unidos, Japón, Jordania o Chile -donde vive la mayor comunidad palestina de Latinoamérica-, y también Israel.

"Esto te da una idea de la calidad de nuestra cerveza", afirma orgullosa Madees Khoury, hija mayor de Nadim, quien con 39 años ahora lleva las riendas del negocio tras convertirse en la primera maestra cervecera mujer de Oriente Medio.

Reconoce que no ha sido fácil: "Ha sido un reto. Una mujer en la industria cervecera es difícil en cualquier parte del mundo, pero en un país árabe, dominado por hombres y bajo ocupación, añade varios pluses al reto. No siempre me han tomado en serio, aunque nunca me aburro y me ha ayudado a crecer como profesional y como persona".

Pese a las dificultades, Madees no se lo pensó dos veces y con 21 años, después de graduarse en EE. UU., decidió "comprar un billete solo de ida y regresar a Palestina a trabajar en el negocio familiar", que aprendió a amar desde que su familia se instaló en Taybeh cuando ella tenía solo 9 años.

Ella fue la que en 2007 abrió el abanico de cervezas Taybeh a variedades como ipa, ale o pilsner; ya que su padre solo producía lager y negra; y ahora su hermano experimenta con versiones artesanas en las que introduce especias palestinas como el zatar o el sumac, y sabores como sandía, piña o café árabe o cacao.

Hoy Taybeh es una pequeña ciudad conocida gracias a la cerveza, convertida en una marca popular más allá de sus fronteras y una seña de identidad palestina.

"Estamos muy orgullosos, mi familia ama esta ciudad y por eso nos trajeron aquí desde Estados Unidos. Nos enseñaron a amar nuestro negocio, nuestro pueblo y nuestro país, Palestina", afirma Madees.

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