Los Ángeles (EE.UU.), 7 dic (EFE).- Después de haber cerrado uno de sus proyectos más queridos debido a la pandemia, el chef catalán Aitor Zabala se alista para volver a la escena gastronómica de Los Ángeles con Somni 2.0, un restaurante íntimo, sin etiquetas y con influencias de todo el mundo.
"Intento no calificar al restaurante, en esto no se lo quiero poner fácil a la gente, se lo quiero poner fácil a la hora que coma", dijo Zabala en entrevista con EFE.
Nacido en Barcelona con un raíces culinarias catalanas y del País Vasco, el chef ha recogido experiencias y saberes de una gran variedad de restaurantes.
De la cocina vanguardista, pasando por proyectos de autor, hasta comida tradicional griega, peruana, o incluso el haber montado un restaurante chino-mexicano, Aitor ha explorado sin miedo diversos horizontes gastronómicos desde que tenía 18 años.
"He hecho tantas cosas que al final no puedo ponerle un sello a mi cocina, intento hacer buena comida. Soy libre y si quiero ser transgresor lo soy, y si quiero hervir una gamba con agua y servirla al momento estoy feliz", explicó.
Bajo la firma de Zabala, en 2018 Somni (sueño en catalán), ubicado dentro del Hotel SLS Beverly Hills, en Los Ángeles, arrancó actividades como parte de uno de los restaurantes de alta cocina de Think Food Group del chef José Andrés.
Para 2019, el lugar había conseguido de golpe dos Estrellas Michelín, una distinción otorgada a restaurantes y hoteles para reconocer la extrema calidad de su comida y servicios, y cuando todo iba "viento en popa", la pandemia puso en pausa los sueños del chef.
Tras varios meses de "estirar la liga", y buscar alternativas se tomó la decisión del cierre del restaurante, y en vez de dar por perdido el proyecto, Aitor no dejó de soñar con su regreso.
"Estábamos en una etapa y momento de maduración, fue duro cerrar el restaurante y empecé a pensar ¿cuál seria el siguiente paso para encontrar el camino y volver a empezar?, y ha sido larguísimo", reconoció Zabala.
Una vez que el proyecto terminó, Aitor se separó laboralamente de José Andrés y emprendió en solitario el proyecto Somni 2.0 con aún más libertad de la que gozaba y desde entonces ha trabajado por conseguir fondos, repensar el concepto y el diseño visual del restaurante.
Pero uno de los retos más grandes fue encontrar el local en el que darán vida sus nuevas aspiraciones.
Ahora, situados en West Hollywood, Somni 2.0 tendrá casi el doble de tamaño que el local original, con un espacio al aire libre que permitirá a los comensales relajarse de la enorme ciudad de Los Ángeles.
Pero mantendrá aspectos clave de la versión primera del restaurante, como el número de comensales que podrán vivir la experiencia gastronómica, es decir 20 personas, así como una planta libre sin muros que dividan la convivencia entre cocineros, chef y asistentes.
"Somni para mí es un todo, anteriormente no había distinción entre camareros y cocineros, todos eran cocineros. Quiero que se quede eso, que todos seamos de todo, para poder tener una experiencia un poco más personal", explicó.
Los platillos pequeños presentados por Zabala se caracterizan por el cuidadoso detalle tanto en la estética, como en la calidad de los alimentos, así como por un documentado trabajo conceptual con el que busca darle identidad a cada uno de ellos.
"Hay platos más especialistas, otros mas disruptivos, siempre buscamos hacer un menú con muchas variantes y creo que eso lo hace especial. A mí me gustan los cambios relajados, que se noten, pero que no sean para la galería, sino reales", aseguró.
Además, confiesa que una de sus preocupaciones principales es que los trabajadores del restaurante puedan tener una paga y trato digno, así como las condiciones aptas y cómodas que les permitan hacer sus deberes con tranquilidad.
"He sufrido en mi juventud el no ganar suficiente dinero, no llegar a final de mes, o tener que ahorrar durante seis o siete meses para poder ir a un gastronómico, por eso busco que la paga sea justa", apuntó.
La apertura de Somni 2.0 aún sigue sin tener una fecha concreta, aunque Zabala cada día se siente más cerca de poder lograrlo.
"Hasta que el restaurante no este acabado y entre el primer cliente por la puerta no podremos decir que hemos vuelto. Pero estamos en el buen camino y es lo más excitante", señaló.