Ingresar a alguna de las 253 mil 746 hectáreas de cafetales en el estado es adentrarse a un lugar donde hasta el más mínimo espacio está habitado por cafetos, planta que es el sustento de más de un millón de chiapanecos que se dedican y benefician de esta cadena productiva.
Según datos del Instituto del Café de Chiapas (Incafech), el estado ocupa el primer lugar en México de producción con 35 por ciento de la superficie sembrada y el 40 por ciento de la producción nacional. Además, junto con Perú, se perfila como líder mundial en la producción de café orgánico.
Entre los 88 municipios que cosechan el producto que deleita los paladares y seduce el olfato se encuentran San Cristóbal de las Casas, Copainalá, Ángel Albino Corzo, Pichucalco, Palenque, Ocosingo, Yajalón, Motozintla, Tapachula, Ocozocoautla, Comitán y Bochil.
En el 2003, gracias a las condiciones climáticas que le confiere su cercanía geográfica con el ecuador, el café chipaneco, con su particular sabor achocolatado y almendrado, obtuvo su Denominación de Origen (DO) y en el 2007 su Norma Oficial Mexicana NOM-169-SCFI-2007, Café Chiapas-Especificaciones y métodos de prueba.
No obstante, actualmente no existe un organismo que regule la calidad de este producto, ya que el último en manejarla fue el Consejo Regulador de la Calidad del Café Chiapas, que desde hace dos años dejó de utilizarla debido a los altos costos y a los laboriosos tramites que le solicitaban para mantener su administración.
Al respecto, Ricardo Ibarra, productor y presidente del Consejo que hoy en día funciona para apoyar a sus agremiados en cuestiones de registro de marcas, señaló a Notimex que los estándares de calidad que se establecían para la DO eran bajos, por lo que a muchos productores que sembraban café de especialidad no les beneficiaba.
“En el Consejo la mayoría de nosotros estamos inmersos en el café de especialidad, entonces tenemos precios en dólares arriba del mercado internacional.
“Cuando pusieron los rangos y las condiciones en las que debería de ser la Denominación de Origen para el café chiapaneco, los establecieron tan malos y tan bajos que no le servía a nadie la certificación”, dijo.
El productor ejemplificó lo anterior al mencionar que se pedía que los cultivos tuvieran más de 800 metros de altura sobre el nivel del mar, “siendo que para la parte interior de Chiapas un café debería tener al menos mil 100 metros para que sea de calidad, entonces esto no tenía ninguna ventaja competitiva”.
Al respecto, Marco Antonio Botello, director de Coinversión, Financiamiento y Seguimiento del Incafech, señaló que la Denominación de “es un proceso de mercadotecnia que se necesita explotar junto con la calidad”.
“Nos falta la mercadotecnia para posicionarlo en un mercado competitivo y en el mundo”, sostuvo.
Es por ello, destacó, que el gobierno estatal planea crear un organismo que vea todo lo relacionado con dicha certificación.
“En el Cyticafé, que va a ser un laboratorio, se va a definir todo lo de la Denominación de Origen además se van a hacer estudios de suelo de todo para determinar la calidad de las diferentes variedades de café que tenemos.
“Se planea empezar su construcción este año por lo que se espera que en dos años funcione”, enfatizó.
En este sentido, detalló que en Chiapas se cosechan dos tipos de café, el arábica y el robusta.
“El arábica representa el 60 por ciento del café de Chiapas de mil 500 metros de altura y manejamos un café achocolatado y almendrado único en el país. El otro 40 por ciento tiene su mercado de bajo precio”, comentó.
A pesar de que hoy en día ambas cosechas no explotan la Denominación de Origen, poseen diferentes medios de apoyo para posicionarse en el mercado.
Por una parte, están los grandes productores que ya tienen una marca reconocida y certificaciones de calidad a nivel mundial y, por otro, destacan los fabricantes que se apoyan en instituciones y empresas privadas y de gobierno para impulsar sus productos.
De acuerdo a datos de su página web, la iniciativa privada-pública Marca Chiapas, a través del sello distintivo “México Chiapas original”, brinda apoyo a los productos y servicios originarios de esta localidad para su comercialización.
Entre estos productos se encuentra el café chiapaneco, al cual este sello certifica a aquel que muestre la calidad requerida para su comercialización, para lo cual se apoya del Incafech. Marca Chiapas tiene registrados actualmente aproximadamente 45 marcas del aromático.
“Nosotros recibimos las muestras de café y las mandamos con catadores expertos que definen el grado de calidad que tienen. Marca Chiapas pide 80 puntos de acidez, cuerpo y aroma”, señaló.
Por otra parte, al respecto de que Chiapas es uno de los principales productores de café orgánico del mundo, Botello destacó que esto se dio hace algunos años, debido a que algunos productores se dieron cuenta lo redituable que era la cosecha de esta variedad.
Señaló que los chiapanecos encontraron que era negocio porque les pagaban un sobreprecio de 40 dólares arriba de la cotización en bolsa por precio de quintal (57.5 kilogramos), por lo que comenzaron a certificarse sacando provecho de que por tradición y falta de recursos, no aplicaban fertilizantes.
“Además, esta cosecha de café orgánico significa un beneficio para el cuidado del medio ambiente por lo que muchas de las marcas que lo manejan tienen certificaciones como la de Comercio Justo”, dijo.
Asimismo, el café robusta ha representado en el estado una alternativa de cosecha para productores de localidades como Tapachula.
Una de estas productoras es Doña Lulú, la cafeticultora que vende su café a una importante compañía cafetalera a nivel mundial y que además encabeza el proyecto “Musas”, un grupo de 11 mujeres productoras que elaboran café árabe para comercializarlo.
“Es un café promedio que le ha gustado mucho a la gente y garantizamos su elaboración con fruto maduro y que no venga mezclado con verde. Lo hacemos con todo el cariño posible y el café lo obtenemos de las fincas de todas las asociadas” mencionó.
A pesar de que el café chiapaneco no tiene un organismo regulador y desde hace cuatro años está combatiendo la plaga de roya que ha afectado a la mayor parte de los cafetales, hoy en día es uno de los principales generadores de divisas en el estado después del petróleo y es el sustento de más de 180 mil familias chiapanecas.