Agua de cacao, bebida prehispánica destinada a dioses tlaxcaltecas

30 de Junio de 2018
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Zacatelco, Tlax., 30 Jun (Notimex).- Agua de barranca, cacahuatole o bebida del cacao, son algunos de los nombres que distinguen a la bebida prehispánica que aún se conserva en este municipio y que tiene como ingrediente estrella al cacao.

Zacatelco es un municipio que se localiza a dos horas de la Ciudad de México, a menos de una hora de la capital poblana y a 15 minutos de la ciudad de Tlaxcala. Aunque pareciera ser una ciudad de paso, posee atractivos para los visitantes.

En el parque central del municipio, el paseante puede encontrarse con el templo dedicado a la imagen de Santa Inés, pero también se puede topar con los establecimientos móviles de las mujeres que ofrecen el agua de barranca. Todas ellas uniformadas, identificadas y con sus establecimientos limpios.

Sofía Campos, representante de la Asociación de Mujeres Productoras de Bebida Cacahuatole de Zacatelco, relató a Notimex algunos de los secretos que guarda esta bebida, que de acuerdo con la tradición se toma directo de la jícara, en presentaciones chica, mediana o grande. También la sirven en bolsa o vaso para quienes desean llevársela, con costos que van desde los 12 pesos hasta 30 pesos.

Dijo que en Zacatelco desde la época prehispánica se sirvió esta bebida, pero por un tiempo se perdió su consumo, y fue hasta el siglo pasado cuando se recuperó.



“A tierras tlaxcaltecas llegó el cacao de Chiapas y Tabasco, gracias al trueque que entonces se hacía, pues hay que recordar que el cacao era considerado moneda de cambio; como era de gran valor, en ese entonces la bebida sólo la podían tomar los dioses de los Cuatro Señoríos de Tlaxcala: Tlaxcallan, Ocotelulco, Tizatlán, y Quiahuiztlán”, explicó.




La bebida tiene como ingredientes maíz, haba, cacao, anís y canela; todos los granos ya secos son tostados y molidos hasta obtener una pasta café similar a la masa de las tortillas, la cual se mezcla con agua y se bate igual que un atole. Se cuela, se agrega azúcar al gusto y hielos para mantener la bebida fría.

La bebida es espumosa y así se mantiene en las grandes cazuelas de barro gracias a la habilidad que las mujeres tienen para mover el molinillo de madera para el disfrute de los pobladores y visitantes nacionales y extranjeros, así todos se van con un agradable sabor de boca.

Por los ingredientes que posee la bebida, esta cuenta con un alto valor nutricional, vitaminas como A, B1, B2, antioxidantes, grasas saturadas y en menor medida monosaturadas, hidratos de carbono, proteínas, magnesio, fósforo y potasio, entre otros elementos benéficos para la salud.

A decir de la experta vendedora, quien heredó la enseñanza de su tía, si se consume el cacao a temprana edad puede prevenir de paros cardiacos, porque el cacao ayuda a una mejor circulación, así que es una bebida que pueden consumir los niños.

Todos los días las vendedoras alistan su masa para la venta, así que todos los días muelen los ingredientes. Alistan su expendio instalado en el parque y realizan la venta. Los días de calor y fiestas patronales son los mejores para vender. Hasta 50 litros en un buen día de venta.

Por su parte, Rocío Tecocoatzi Romero, también vendedora del agua de barranca, dijo que originalmente se le conocía como cacahuatole, bebida de cacao fría, pero por la similitud en el color que sale de las aguas de la barranca después de una lluvia es que se le dio dicho nombre.

Indicó que su mamá, Andrea Romero Rojas, fue la precursora de mantener viva esta tradición que heredó de su abuela y, a su vez, de su bisabuela, pero entonces los ingredientes no estaban tan caros como ahora, que el kilo de cacao lo compran en 80 pesos, el haba está en un costo promedio de 15 a 30 pesos el kilo, la canela la consiguen en 550 pesos el kilo, más azúcar y el anís.



Aunque las mujeres están en la explanada principal del municipio, en el pueblo se pueden encontrar cerca de 200 mujeres más que venden esta bebida en las puertas de sus casas, en puestos improvisados en carretillas, en los triciclos, en puestos semifijos en las esquinas, en las orillas de las tiendas o misceláneas o a las afueras del panteón municipal.




Destacó que Tomás Orea Albarrán, como diputado local, logró que el Congreso del estado nombrara a esta bebida como Patrimonio Cultural Inmaterial de Tlaxcala, y con ellos se le ha dado mayor difusión al agua de barranca, no sólo a nivel nacional, sino también internacional.

Como ejemplo, citó que la bebida de cacao de Zacatelco en el año 2016 se hizo presenté en la Feria del Chocolate en Turín, Italia, donde su mamá Andrea Romero compartió toda la información histórica del cacao y el surgimiento de la bebida, pero también les llevó la pasta para prepararles la deliciosa agua.

En el 2017 nuevamente las vendedoras del cacahuatole viajaron para promoverla, ahora en Brasil. También estuvieron presentes en el Tianguis Turístico de México correspondiente a las ediciones 2017 y 2018.

Sofía Campos resaltó que en la asociación que ella representa, y que surgió desde 2013, aglutina a 10 mujeres vendedoras de la bebida. Todas tienen la misma receta, pero cada una le pone su sazón y por eso para muchos les sabe diferente.

El objetivo de la organización es continuar con la promoción de la bebida para que más mexicanos y extranjeros conozcan de ella, pero también para preservar la receta, ya que como organización se compromete a heredar la enseñanza a más mujeres, toda vez que las vendedoras de la primera generación ya son mayores y muchas han muerto.

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