Fue una retrospectiva que incluyó una selección de sus obras, desde sus primeros trabajos hasta sus obras recientes. De esa forma, el público aplaudió “Verde del Avispón Verde” (1993), “Tápate un ojo” (1993), “Aleación andrógina” (1995) y “Dagobah” (2001)
Igualmente, “Día de azulejos” (1997), “Sombrero de cinco picos”, (2002), “Paisaje para Evoé” (2009), “Metabolisma” (2014) y “Estoy cansancio” (1992), así como fragmentos de “Viva” (1992), “Dorita mala” (1994) y “Nico” (2003), de una espléndida confección.
Quiatora Monorriel es una compañía que establece el territorio para el cuestionamiento, la expresión del caos y la inconsecuencia; habla desde el cuerpo, investiga con el cuerpo y debate sobre el cuerpo a partir de la danza. Esa ha sido su apuesta dese hace ya 25 años.
Tal convicción ha posicionado a la compañía en un sitio importante dentro de la escena nacional. Sotelo y González están orgullosos de la compañía cuya producción destaca por ser muy diversa en sus motivaciones e investigaciones estéticas, formales e intelectuales.
"Los intereses dentro de su labor son la conceptualización del uso del espacio, el tiempo escénico, la relación entre el movimiento y la sonoridad, la investigación en el lenguaje corporal, y el abordaje de la composición coreográfica más allá del territorio dancístico".
Sobre el escenario, ambos artistas se manifestaron entusiasmados por esta celebración, ya que cumplen 25 años de mantener un proyecto involucrado en una investigación corporal relacionada con la danza, pero no ligada a ella de manera absoluta, ni inequívoca.
La danza es el territorio del cual surgieron, pero casi de manera inmediata entendieron que sus intereses están relacionados con aspectos que forma parte de otros ámbitos del conocimiento y territorios de expresión: El cine, la música, la plástica y la tecnología”.
Actualmente, su mayor orgullo es que, al paso de 25 años, siguen juntos y construyendo ideas. Creen que el valor de su trabajo está en los procesos de pensamiento, discusión, investigación y experimentación que suceden alrededor de cada proyecto que conciben.
Cada obra, cada nuevo programa que diseñan, montan y presentan, implica siempre la oportunidad de profundizar en sus inquietudes artísticas y de problematizar todas esas inquietudes en voz alta, poniendo al cuerpo, propio y ajeno, como centro de la discusión.
Su reto es el mismo que hace 25 años, mantenerse como un proyecto relacionado con la investigación de los potenciales expresivos y discursivos del cuerpo escénico, en un contexto de consumo capitalista del arte definido por una lógica unificadora de criterios.
La compañía fue creada en 1992 en la Ciudad de México, y tanto la agrupación como sus directores han sido distinguidos con diversos reconocimientos, por la calidad de sus obras llevadas a Estados Unidos, Costa Rica, Chile, Bolivia, Argentina, Alemania y Bélgica. La función celebratoria fue en el marco de la Temporada de Danza Contemporánea 2017.