Niñas indígenas piden rescatar las lenguas maternas

25 de Septiembre de 2014
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VII ENCUENTRO DE LENGUAS. NOTIMEX
VII ENCUENTRO DE LENGUAS. NOTIMEX
México, 25 Sep. (Notimex).- Niñas indígenas de los estados de Veracruz y Tabasco aseguraron hoy aquí que en sus comunidades ya nadie desea aprender sus lenguas maternas, ya que consideran que para tener una mejor calidad de vida deben aprender idiomas como inglés, portugués o chino.

En entrevista con Notimex, María Alejandra Velázquez Velázquez, cuya lengua es el zoque-ayapaneco, y Martha Juanita Valdez Morales, hablante de popoluca, reconocieron que es el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) el que da apoyo a sus comunidades.

“El gobierno en general no toca el tema mucho, lo hacen más las instituciones como el INALI, las que se dedican a salvar e investigar las lenguas”, señaló la tabasqueña María Alejandra, quien informó que en su comunidad alrededor de 20 niños hablan su lengua materna.

Dijo que el ayapaneco, que es una variante lingüística derivada de la familia mixe-zoque de Tabasco, lo aprenden en una escuela distinta a la primaria o secundaria. “En una donde hay seis profesores que a través de libros, diálogo y juegos enseñan su idioma”, apuntó.

“Son clases muy llamativas para que a muchos no les parezcan aburridas”, aseguró Velázquez Velázquez, a la vez que detalló que recientemente se abrió un curso nocturno para adultos y que en éste los pequeños apoyan a los educadores.

“En general las lenguas y culturas indígenas en México han sido muy marginadas y discriminadas. Un día fue un señor a mi casa y nos dijo que en lugar de que nos sacaran adelante, nos estaban perjudicando por continuar hablando nuestra lengua”, expresó.

Sin embargo, opinó: “Hay que expresar nuestra cultura, porque eso nos da identidad y nos hace saber quiénes somos y a dónde vamos; yo estoy orgullosa de mi lengua”.

Bajo ese tenor, la joven, quien participará junto con otras niñas de Baja California, Chiapas y Michoacán en el VII Encuentro de Lenguas en Peligro, pugnó por promover su lengua a través de los medios de comunicación, “pues así habrá quienes no sólo se interesen en su lengua, sino en otras más”, anotó.

Por otro lado, Martha Juanita Valdez se dijo orgullosa de participar en dicho encuentro, el cual se realiza en el marco de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH), pues no todos tienen la oportunidad de venir o no les interesa.

“A mí me interesa que no se pierdan nuestra raíces, lengua y cultural”, sostuvo la hablante de popoluca, variante de las lenguas mixe-zoqueanas del sur de Veracruz, principalmente de los municipios de Acayucan, Hueyapan de Ocampo, Mecayapan, Pajapan y Soteapan.

Reveló que en su comunidad es la única niña que habla popoluca, “aunque no muy bien, pero quiero que mi lengua no desaparezca”.

Señaló, además, que “la gente ya no desea hablar nuestra lengua materna, porque dicen que para qué hablar lo indígena si existe el inglés, el portugués y el chino, y piensan que otros idiomas les dejaran más dinero y mejor preparación”.

“A muchos niños ni siquiera les gusta portar la vestimenta tradicional, dicen que los discriminan, y yo digo que eso lo hubiéramos inculcado desde más pequeños”, expuso.

La niña de 11 años hizo un llamado a rescatar y difundir su lengua, a través del juego didáctico y la promoción en los medios de comunicación.

Con el tema "El renacer de la palabra: voces infantiles de los pueblos indígenas", el encuentro está dedicado a los menores de comunidades originarias.

Los invitados no son especialistas en la materia ni intelectuales de las etnias americanas, sino seis niñas provenientes de los estados antes mencionados.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), al diseñar el encuentro se tenía pensado invitar a varones y hembras por igual, pero en el curso de su organización resultó que sólo había niñas hablantes.

El INAH plantea que el dato es significativo y elocuente con respecto al papel desempeñado por las mujeres en la conservación de las lenguas.

En este sentido, la presencia de las mamás acompañantes también representa la oportunidad de conocer, de primera mano, cómo ven las progenitoras indígenas el problema de la transmisión de sus lenguas.

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