Comparte la escritora Margo Glantz su temprana pasión por la lectura

26 de Enero de 2017
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México, 26 Ene (Notimex).- Admiradora de Jorge Luis Borges (1899-1986), la escritora mexicana Margo Glantz se considera fundamentalmente una lectora cuyo bagaje figura de manera necesaria en sus escritos, los cuales, dijo, buscan reflejar su interés en “ubicarse en los acontecimientos del tiempo que estoy viviendo”.

A punto de cumplir 87 años, el próximo sábado, la maestra en Letras Inglesas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y académica de la Lengua habló de su temprano amor por la lectura, a la que considera uno de sus grandes placeres, así como de los autores con los que se formó.

En una entrevista difundida por el Instituto Nacional de Bellas Artes, previa a la sesión del próximo domingo de “Leo...luego existo”, con la que celebrará su onomástico en el Palacio de Bellas Artes, recordó que su primer premio lo obtuvo a los cinco años, leyendo, porque lo hacía mejor que otros niños de su clase.

“Siempre he tenido contacto con los libros. Mi padre tenía una biblioteca dispersa y desordenada, pero importante”, resaltó la autora de “Las genealogías”, quien hizo un repaso de esos primeros años en los que, dijo, leía sobre todo las tragedias griegas que le llevaba su papá.

“También revistas como ‘Sur', donde escribía Jorge Luis Borges, y las tiras cómicas de periódicos como ‘La Nación', a través de los que aprendí sobre la independencia de Argentina. Me la sabía mejor que la mexicana”, añadió la Creadora emérita honoraria del Sistema Nacional de Creadores.

“Después fue la novela rosa, pero, cuando tenía 11 o 12 años, las de folletín fueron muy importantes, entre ellas ‘Los tres mosqueteros', de Alejandro Dumas; y Víctor Hugo, con “Los miserables”, también marcaron esa época”, siguió la ganadora de la XVI Presea Cervantina.

Sobre los libros o autores más recurrentes en su haber, refirió que uno al que continuamente regresa es “El idiota”, de Fiodor Dostoievski.

“Para mí -explicó- fue muy importante haber leído a Dostoievski. Además, es parte del patrimonio de la familia, ya que somos de ascendencia rusa. Recuerdo que mi madre lo leía. Yo nunca pude leerlo en ruso, porque no me enseñaron la lengua, pero era un autor muy cotidiano en mi familia; muy importante, incluso más que Tolstoi”.

En esa época, expuso la multipremiada escritora, empezaba a leer plumas estadounidenses como John Dos Passos y William Faulkner “de quien leí ‘Las palmeras salvajes', traducida por Jorge Luis Borges.

Otro libro que recuerda con cariño es “La metamorfosis”, de Franz Kafka, al que consideró una revelación extraordinaria, aunque también lo fueron sus diarios”. Desde entonces, acotó, estaría presente en su vida Borges, quien también tradujo a Kafka, y “se volvió un autor fundamental en su labor como docente, lectora y ensayista.

Lugar aparte ocupan autores como Hermann Hesse, Thomas Mann, Hermann Broch y Stefan Zweig, junto con la tradición francesa: Madame de La Fayette, Stendhal, Honoré de Balzac, Émile Zola, Arthur Rimbaud y Marcel Proust, cuya obra ha formado a Glantz.

Como autora, añadió, la lectura ha sido fundamental, de hecho, refirió en ese libro sobre sus vivencias “aparecen precisamente muchas de mis lecturas. Mis textos de viaje, como ‘Coronada de moscas', también se nutren de mis experiencias como lectora”.

La autora de “Saña” se describió como una autora interesada en ubicarse “en los acontecimientos del tiempo que estoy viviendo.

En mis textos, en los recientes, sobre todo, hay una relación muy estrecha con los acontecimientos de México y el mundo, tanto en política y cultura, como en los asuntos cotidianos de la vida, que acaban entremezclándose.

“Últimamente -recordó- he leído a autores como Lucia Berlín, la extraordinaria argentina María Moreno, o el escritor húngaro László Krasznahorkai. También estoy leyendo novela policiaca, y todo esto aparece en mis libros”.

Pero su de recomendaciones se trata, la autora invitó a los lectores a acercarse a “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo, de quien este año se celebra el centenario de su nacimiento, y su novela es uno de los libros más importantes de la literatura mexicana”, así como “Cartucho”, de Nellie Campobello, a quien considera un gran escritora mexicana.

En la sesión del próximo domingo, el director de escena José Luis Ibáñez ofrecerá una lectura sobre la obra de la mexicana, en la que incluirá fragmentos de “Zona de derrumbe”, “Simple perversión oral” y “El rastro”.

La lectura, a realizarse en la Sala Manuel M. Ponce, se llevará a cabo en el marco del ciclo Leo… luego existo, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

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