México, 26 Mar (Notimex).- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) imparte talleres en la Zona Arqueológica Cerro de Trincheras en el estado de Sonora, con el propósito de que los estudiantes conozcan las formas de vida de los antepasados de la región.
El proyecto dirigido por la arqueóloga Elisa Villalpando Canchola, se lleva a cabo en la zona Arqueológica en el llano desértico del noroeste de Sonora, que equivale a la superficie que ocupa Suiza, informó el INAH.
Las actividades organizadas para los alumnos de primaria y telesecundaria de la comunidad de Trincheras, son una apuesta para concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de su pasado, enfatizó Villalpando Canchola.
Con esto, los estudiantes han descubierto que encima de dicha colina, hace 700 años, se desarrolló una sociedad compleja, una imagen que se aleja del nativo desnudo y nómada con el que se ha representado a las culturas del norte del país.
Los niños de primaria han sido partícipes de talleres de dibujo y cuento en el Centro de visitantes de esta zona arqueológica, para aprender acerca de la forma de vida de los antepasados en la región.
Mientras los jóvenes de telesecundaria adquieren conocimientos a través de actividades impartidas por Rogelio León, como crear piezas de cerámica que se exhiben junto con vasijas originales restauradas en la muestra "Nuestro barro", abierta hasta el verano.
Se ha logrado hacer partícipes del proyecto de investigación en la zona arqueológica a jóvenes y niños de la región de Trincheras, quienes finalmente retienen este patrimonio cultural, ya que no solo representa un paseo sino un vínculo con el pasado, agregó la especialista.
Se dice que el sitio fue bautizado por un acompañante del padre Eusebio Kino, explorador del septentrión del virreinato de Nueva España. El capitán Mateo Manje le comentó que aquellas líneas que cortaban el cerro fueron posiblemente trincheras usadas por los naturales para defenderse de grupos enemigos.
Los grupos de la llamada Tradición Trincheras modificarON los relieves del cerro para construir terrazas sobre las que desplantaron sus viviendas hechas con materiales perecederos;
La evidencia arqueológica confirma que hilaban algodón y agave para la confección de vestimentas y ornamentas de sus cuerpos, así sin abandonar del todo la caza y la recolección, gracias a los cultivos de maíz y agave, las comunidades se establecieron permanentemente en el cerro.
El proyecto dirigido por la arqueóloga Elisa Villalpando Canchola, se lleva a cabo en la zona Arqueológica en el llano desértico del noroeste de Sonora, que equivale a la superficie que ocupa Suiza, informó el INAH.
Las actividades organizadas para los alumnos de primaria y telesecundaria de la comunidad de Trincheras, son una apuesta para concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de su pasado, enfatizó Villalpando Canchola.
Con esto, los estudiantes han descubierto que encima de dicha colina, hace 700 años, se desarrolló una sociedad compleja, una imagen que se aleja del nativo desnudo y nómada con el que se ha representado a las culturas del norte del país.
Los niños de primaria han sido partícipes de talleres de dibujo y cuento en el Centro de visitantes de esta zona arqueológica, para aprender acerca de la forma de vida de los antepasados en la región.
Mientras los jóvenes de telesecundaria adquieren conocimientos a través de actividades impartidas por Rogelio León, como crear piezas de cerámica que se exhiben junto con vasijas originales restauradas en la muestra "Nuestro barro", abierta hasta el verano.
Se ha logrado hacer partícipes del proyecto de investigación en la zona arqueológica a jóvenes y niños de la región de Trincheras, quienes finalmente retienen este patrimonio cultural, ya que no solo representa un paseo sino un vínculo con el pasado, agregó la especialista.
Se dice que el sitio fue bautizado por un acompañante del padre Eusebio Kino, explorador del septentrión del virreinato de Nueva España. El capitán Mateo Manje le comentó que aquellas líneas que cortaban el cerro fueron posiblemente trincheras usadas por los naturales para defenderse de grupos enemigos.
Los grupos de la llamada Tradición Trincheras modificarON los relieves del cerro para construir terrazas sobre las que desplantaron sus viviendas hechas con materiales perecederos;
La evidencia arqueológica confirma que hilaban algodón y agave para la confección de vestimentas y ornamentas de sus cuerpos, así sin abandonar del todo la caza y la recolección, gracias a los cultivos de maíz y agave, las comunidades se establecieron permanentemente en el cerro.