Historias en Papel

22 de Abril de 2016
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Oscuridad total, de Renata Adler
Oscuridad total, de Renata Adler
México, 22 Abr (Notimex).- “Oscuridad total”, de Renata Adler, aunque fue publicada en 1983, y pese a que como su predecesora, “Lancha rápida”, disfrutó de estatus de culto y fue celebrada por los lectores más exigentes, no se le restituyó el lugar que merece entre las letras estadounidenses hasta que fue rescatada por “The New York Review of Books”.

Se trata de una historia de amor, o mejor, de desamor y ruptura, en torno a la desorientación y el vacío que siguen a todo final, pero alejada de todos los clichés, y con una concepción y una escritura que sorprenden por su modernidad. ¿Cómo enfrentarse a un mundo caótico y a un presente mutable y voraz, cuando se tiene el corazón roto?

Aunque la protagonista, “Kate Ennis”, es muy inteligente, su sensibilidad, su humor y de su innegociable autonomía están a la deriva en un mar oscuro. No se dicen demasiado los porqués, sólo se insinúan los efectos, que asoman y reverberan en el día a día, en las excursiones de pesadilla o vivencias matizadas con desasosiego e incertidumbre.

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“El fuego y el relato”, de Giorgio Agamben, como en “Profanaciones” y en “Desnudez”, este autor ha recogido en 10 ensayos los motivos más urgentes y actuales de su investigación. Su obcecada interrogación sobre el misterio de la literatura, inquirido aquí en su aspecto más material, se entrelaza con una meditación sobre misterio, ética y política esta vez.

¿Qué está en juego en la literatura? ¿Cuál es el fuego que el relato ha perdido y que busca recobrar? ¿Y qué es la piedra filosofal que los escritores, con el mismo empecinamiento que los alquimistas, se esfuerzan en producir en el horno de las palabras? ¿Qué resiste, en toda creación, a la creación misma, y de esa forma da a la obra su fuerza y su gracia?

Esta es una obra extraordinaria y fecunda: Varios ensayos, en gran parte inéditos, cuya amplitud especulativa se inserta exactamente en la secuencia intelectual de este pensador, pero, al mismo tiempo, se abre a (y propone) reflexiones nuevas, tal y como con tino lo ha mencionado la crítica especializada. La traducción al español se debe a Ernesto Kavi.

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“Aún queda mucho por decir”, de Rose Ausländer. El libro está lleno de palabras ligeras, sencillas, depuradas, límpidas, cada sílaba tiene una intensidad inconmensurable, como si acabaran de nacer. Y es así, con vocablos que vienen del primer día del mundo, como alivia las heridas de la lengua alemana. Un gesto totalmente opuesto al de Paul Celan.

Con sus poemas, Rose Ausländer combate y resiste todo el terror del siglo XX: El exilio, la persecución, el olvido, la Shoah, la desesperanza, la humillación, el silencio. Combate la muerte bajo todas sus formas. Y lo hace porque sus palabras resguardan la lucidez y la esperanza que, después de tantos crímenes, parecían haberse perdido para siempre.

No se trata sólo de poemas de una extraña y gran belleza, sino de gestos políticos y éticos que son una alternativa al horror del mundo. Porque cuando el horror y la destrucción nos arrebatan la voz Rose sabe que, a pesar de todo, el ser humano todavía no está acabado.

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“De los otros”, de Mariano Peyrou, una novela de 216 páginas donde “Roberto Teyssier” es un compositor de música moderna a quien aparentemente no le van mal las cosas: Se puede dedicar a lo que le interesa, disfruta de cierto reconocimiento profesional, existe gente que lo quiere y gusta demasiado a las mujeres. Sin embargo, está insatisfecho.

Tal vez porque ha llegado al final de la juventud y nota el peso de los años, o porque sus raíces extranjeras le hacen sentir que no acaba de encajar, o por su personalidad un tanto ciclotímica. Invitado a pasar un fin de semana a una casa de campo, se encuentra con una serie de personajes que pronto le dan pie a las más diversas situaciones y reflexiones:

El miserable lugar que ocupa el artista en la sociedad actual, el no menos miserable lugar que ocupan la inteligencia y la sensibilidad, la dificultad para asumir la herencia política y familiar, la ingenuidad de una posición desengañada… Es una historia de humor y de ironía y lenguaje siempre imaginativo en la tradición de la mejor vanguardia europea.

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“Día franco”, de Adrián Curiel Rivera, es un ramillete de cinco relatos donde siempre hay una figura constante: Perros que acompañan a los protagonistas a lo largo de sus muchas derrotas cotidianas. Por momentos se resignan al papel de fieles compañeros que le han atribuido los humanos, otras veces actúan como los instigadores de auténticos motines.

En este volumen, el autor presenta, sin dejar a un lado el sentido del humor, historias de hombres y mujeres sumidos en la edad pantanosa de la madurez, que pretenden tomar las riendas de las circunstancias hasta que éstas los hacen sus víctimas. Aparecen rodeados por esos nobles animales que, como en la vida misma, a veces parecen surgir de la nada.

Seres de compañía que colman la rutina con su presencia, van y vienen en todas las formas, tamaños y colores, y rompen los silencios con sus aullidos, como lo ha vivido el mismo Adrián Curiel Rivera, doctor en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Madrid e investigador de la UNAM, en Mérida, Yucatán.

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