México, 24 Jul. (Notimex).- El Centro de Experimentación Escénica CEXES, de Perú, ofrece a partir de hoy y hasta el 26 de este mes, su propuesta escénica “Halcón de Oro-Qoriwaman”, al Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque (CCB).
El espectáculo unipersonal, a cargo del intérprete peruano Rodolfo Rodríguez, forma parte de la Temporada “Julio Internacional”, que organiza el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
La codirectora del CEXES, Ana Correa, expuso que se trata de una pieza que conjunta teatro, danza, performance y pantomima con varios niveles de dramaturgias, como son espectáculo, actor, objetos, espacio e iluminación.
La historia narra el cuento escrito por Rodolfo sobre un sacerdote andino llamado “Kuraq Hakully Benito Qoriwaman” y su relación con un joven a quien convirtió en su pupilo, tras sanarlo de la locura provocada por la drogadicción.
“La acción nos comparte la historia de un joven excombatiente recluido en un manicomio en tiempos sombríos y su relación con un sacerdote andino, quien, a través de diferentes pruebas, buscará que recupere la memoria y se encamine a una vida de servicio y sanación”, subrayó.
Agregó que dentro de la profundidad de la obra se han quedado grabados conceptos como la mitología, el culto ancestral, una modernidad del escarnio y la muerte, que se unen con situaciones metafóricas de los momentos violentos de la historia reciente de Perú.
La artista manifestó que, no obstante que esta es la primera ocasión en que el CEXES se presenta en este país, Perú y México tienen una profunda identidad, presencia de cosmovisiones autóctonas y ambos poseen una gran fortaleza individual.
Ambos países, agregó, tienen escenarios similares de violencia, por lo que la danza y el teatro “nos permite indagar en la dramaturgia silenciosa” y de esta forma “crear una comunicación con el inconsciente del espectador para abrir nuevas preguntas”.
Lo anterior es creado por grupos escénicos como el CEXES, mismo que fue creado en 1992 por la organización cultural Yuyachkani, de la ciudad peruana de Lima, el cual ha investigado y creado nuevas puestas escénicas con artistas de diversas disciplinas.
Sobre lo anterior amplió que las acciones que realiza esta compañía, cruzan diversas áreas como la música, danza, teatro, pantomima y el uso dramático de los objetos, para con esto generar, sensaciones en el espectador.
“Buscamos el camino de la polisemia, de los símbolos que al quedar abiertos logran dar una dimensión especial y permiten que el público complete la imagen, el tema y hasta, quizá, la historia”, puntualizó.
Correa forma parte del grupo Yuyachkani, que cuenta con 43 años de trayectoria, y en los años 90 conoció a Rodolfo Rodríguez con quien trabajó en conjunto aprovechando los diversos sistemas que cada uno dominaba.
Rodolfo, experto en pantomima clásica y popular en espacios abiertos, unió su talento con el de Ana, quien a su vez incorporaba elementos de las danzas peruanas, las artes marciales y el uso dramático con objetos.
Sobre el uso de las cosas físicas en los escenarios que ella maneja de gran forma, explicó que éstos siempre han sido muy importantes para la creación e incluso rememoró una ocasión en donde visitó un nosocomio siquiátrico para absorber el entorno y exponerlo de buena forma.
“Visitamos un hospital siquiátrico para sensibilizarnos con los pacientes, enfermeros, médicos, espacios, ambientes y texturas, y elegimos una vieja cama de fierro como elemento de investigación”, recordó.
Tras lo anterior Fidel Melquiades, se incorporó al grupo para que, con su trabajo plástico, aportara a la composición de la escena y con esto ayudar al actor a “construir un tejido de acciones físicas en busca del drama en tiempos, niveles, direcciones y acciones”.
Sobre la cultura de su país, concluyó que éste cuenta con una gran tradición dancística la cual se ha unido paulatinamente a la danza contemporánea; también destacó los grupos independientes como el “Morella Petrozzi” y la academia de la Universidad Católica del Perú”.
Correa recibió en 2012 un reconocimiento por parte del Ministerio de Cultura de Perú, por ser una “Persona meritoria de la cultura”, gracias a su trabajo de acercar el teatro a nuevos horizontes, públicos y generaciones.
El espectáculo unipersonal, a cargo del intérprete peruano Rodolfo Rodríguez, forma parte de la Temporada “Julio Internacional”, que organiza el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
La codirectora del CEXES, Ana Correa, expuso que se trata de una pieza que conjunta teatro, danza, performance y pantomima con varios niveles de dramaturgias, como son espectáculo, actor, objetos, espacio e iluminación.
La historia narra el cuento escrito por Rodolfo sobre un sacerdote andino llamado “Kuraq Hakully Benito Qoriwaman” y su relación con un joven a quien convirtió en su pupilo, tras sanarlo de la locura provocada por la drogadicción.
“La acción nos comparte la historia de un joven excombatiente recluido en un manicomio en tiempos sombríos y su relación con un sacerdote andino, quien, a través de diferentes pruebas, buscará que recupere la memoria y se encamine a una vida de servicio y sanación”, subrayó.
Agregó que dentro de la profundidad de la obra se han quedado grabados conceptos como la mitología, el culto ancestral, una modernidad del escarnio y la muerte, que se unen con situaciones metafóricas de los momentos violentos de la historia reciente de Perú.
La artista manifestó que, no obstante que esta es la primera ocasión en que el CEXES se presenta en este país, Perú y México tienen una profunda identidad, presencia de cosmovisiones autóctonas y ambos poseen una gran fortaleza individual.
Ambos países, agregó, tienen escenarios similares de violencia, por lo que la danza y el teatro “nos permite indagar en la dramaturgia silenciosa” y de esta forma “crear una comunicación con el inconsciente del espectador para abrir nuevas preguntas”.
Lo anterior es creado por grupos escénicos como el CEXES, mismo que fue creado en 1992 por la organización cultural Yuyachkani, de la ciudad peruana de Lima, el cual ha investigado y creado nuevas puestas escénicas con artistas de diversas disciplinas.
Sobre lo anterior amplió que las acciones que realiza esta compañía, cruzan diversas áreas como la música, danza, teatro, pantomima y el uso dramático de los objetos, para con esto generar, sensaciones en el espectador.
“Buscamos el camino de la polisemia, de los símbolos que al quedar abiertos logran dar una dimensión especial y permiten que el público complete la imagen, el tema y hasta, quizá, la historia”, puntualizó.
Correa forma parte del grupo Yuyachkani, que cuenta con 43 años de trayectoria, y en los años 90 conoció a Rodolfo Rodríguez con quien trabajó en conjunto aprovechando los diversos sistemas que cada uno dominaba.
Rodolfo, experto en pantomima clásica y popular en espacios abiertos, unió su talento con el de Ana, quien a su vez incorporaba elementos de las danzas peruanas, las artes marciales y el uso dramático con objetos.
Sobre el uso de las cosas físicas en los escenarios que ella maneja de gran forma, explicó que éstos siempre han sido muy importantes para la creación e incluso rememoró una ocasión en donde visitó un nosocomio siquiátrico para absorber el entorno y exponerlo de buena forma.
“Visitamos un hospital siquiátrico para sensibilizarnos con los pacientes, enfermeros, médicos, espacios, ambientes y texturas, y elegimos una vieja cama de fierro como elemento de investigación”, recordó.
Tras lo anterior Fidel Melquiades, se incorporó al grupo para que, con su trabajo plástico, aportara a la composición de la escena y con esto ayudar al actor a “construir un tejido de acciones físicas en busca del drama en tiempos, niveles, direcciones y acciones”.
Sobre la cultura de su país, concluyó que éste cuenta con una gran tradición dancística la cual se ha unido paulatinamente a la danza contemporánea; también destacó los grupos independientes como el “Morella Petrozzi” y la academia de la Universidad Católica del Perú”.
Correa recibió en 2012 un reconocimiento por parte del Ministerio de Cultura de Perú, por ser una “Persona meritoria de la cultura”, gracias a su trabajo de acercar el teatro a nuevos horizontes, públicos y generaciones.