Ejecuta la OFCM obras de Richard Wagner y Witold Lutoslawski

25 de Febrero de 2013
México, 25 Feb. (Notimex).- En el marco de la Temporada de Concierto 2013, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) presentó, el fin de semana pasado en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY), su séptimo programa concertino con obras del alemán Richard Wagner (1813-1883) y del polaco Witold Lutoslawski (1913-1994).

"Preludio y Muerte de amor de la ópera Tristán e Isolda" y "Canciones de Wesendonck" ("El ángel", "Guarda silencio", "En el invernadero", "Sufrimientos", "Ensueños"), del músico de Leipzig, autor de "El holandés errante", el controvertible Richard Wagner; y "Concierto para orquesta" ("Entrada", "Capricho nocturno y Airoso", "Passacaglia, Toccata y Coral"), de uno de los compositores más influyentes del siglo XX, autor de los celebrados conciertos para Violín "Chain I" y "Chain II", hijo ilustre de Varsovia, Witold Lutoslawski.

Primera parte de la recepción dedicada a Wagner, la cual comenzó con "Preludio y Muerte de amor", de su ópera más popular "Tristán e Isolda" (1865), que abre con los violonchelos en melodía que se prolonga escoltada por silencios y pausas que dan admisión a flautas, clarinetes y metales hasta la irrupción de los violines que fortifican un reflujo melodioso de infinita declamación.

Arpas que pulsan sigilosa, murmullos de los metales, violas en ronroneos de abejas y asomo constante de la blandura del silencio. José Areán pespunteó las frondas wagnerianas con certera conducción en un remate de acuciosos fragores orquestales. Una OFCM derramada y categórica conocedora del cosmos Wagner que el público asintió con cerrada ovación que obligó al conductor a tres salidas al proscenio.

Segunda parte: la mezzosoprano Carla López-Speziale abordó las cinco canciones que Wagner escribió sobre poemas de su amante secreta Mathilde, esposa de su mecenas, el banquero suizo Wesendonck. Voz impetuosa de registro agudo preciso, y poderosa dicción grave que supo columpiarse en las resonancias melódicas de unas Lieder sugerentes que abordan el amor.

Carla López-Speziale alcanzó suavidades flotantes en los agudos ("El ángel", "Sufrimientos"), impetuosa prosodia en los graves ("Ensueños") y balanceados fraseos melismáticos ("En el invernadero"). El coloquio espiritual que consigue con el clarinete en una de las lieder más hermosa, "Guarda silencio", fue uno de los mejores momentos de su recitación.

Encomios prolongados para la vocalista ganadora del Concurso "Carlo Morelli"; alguien del público le regala un ramo de rosas. Cuatro salidas al tablado. El director Areán la deja sola con la orquesta. Los asistentes pretenden un encore que nunca se concreta.

Intermedio. Familias completas en el vestíbulo. Guardia de jóvenes músicos que conversaban animosos de la música del alemán. "Una ronda Wagner elocuente. Hay que acercarse con más detenimiento a su universo musical a pesar de tanta controversia por los azares de su vida", manifestó para Notimex, el estudiante de violín, Arturo Carrasco Smith.

Final: el polaco Lutoslawski inundó el recinto con "Entrada" de silbo breve de la tuba, anunciación que retoman los violonchelos escoltados por pulsaciones tenues de las arpas y tutti de cuerdas y metales. Atmósferas tímbricas impetuosas que se expanden constantemente en la acentuación melódica del segundo movimiento ("Capricho nocturno y Arioso").

Indiscutibles reflujos programáticos y stacattos stravinskianos con ciertos pleonasmos robados a Dvorak y siluetas jazzísticas en algunos dibujos de la sección brass. Intervalos en sugerente ascensos rítmicos ("Passacaglia, Toccata y coral") en los que cada instrumento cala su voz en la cadenza de fuerte raigambre folclórica.

"Ostinato" de efusiva intensidad y compás aleatorio que la OFCM supo configurar con locuaz timbre que poco a poco se refugia en el silencio: en la esponjosa y rumorosa refulgencia del silencio.

Se anuncia para el próximo fin de semana (sábado 2 y domingo 3 de marzo) la presentación de obras de Wagner, Rachmaninov y Lutoslawski. El director artístico, José Areán, al frente de la OFCM: convidada que no se puede soslayar.