Diserta Arcadi Espada sobre los muchos lirismos entre libro y e-book

12 de Septiembre de 2013
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México, 12 Sep. (Notimex).- Al dictar esta tarde la conferencia magistral "La lectura, la escritura, la electricidad", el escritor y periodista Arcadi Espada (Barcelona, España, 1957) habló de los muchos lirismos relacionados con el peso, el tacto, el color y, en algunos casos, hasta el sabor, de los libros impresos.

Su ponencia marcó la clausura del Tercer Simposio Internacional sobre Libro Electrónico que inició el pasado día 10 en el Museo Nacional de Antropología e Historia, aunque mañana, viernes 13, todavía se realizarán dos talleres en ese marco, uno en el Museo de Arte Rufino Tamayo y otro en la sede del Conaculta.

Ricardo Cayuela, director de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), presentó a Espada al señalar que el invento de Gutenberg trajo al mundo libertad de expresión, ejercicio que practica el conferencista y periodista experto en la transición del papel a lo electrónico.

Espada despejó telarañas melancólicas. Para ello, mostró un ejemplar impreso, un libro que tiene una característica por encima de cualquier otra cosa: "Es un objeto que no se parece en nada a los 200 titulillos que tengo en mi biblioteca digital en un dispositivo móvil", dijo comparando el libro con su aparato.

"¿Qué diferencia hay entre el objeto concreto que es este libro impreso y el objeto que es este dispositivo que contiene libros? El fundamental, que registra las huellas del tiempo. Tiene pliego donde detuve alguna vez la lectura y la memoria, es decir, es un objeto que he conservado", explicó el periodista.

Luego comparó esa transición del libro con la metamorfosis de los discos de acetato y a la música en medios electrónicos. Por lo tanto, dijo, "antes de entrar en un bosque de melancolía hay que ver que el libro impreso, a diferencia del digital, es un objeto que no cambia con el tiempo; la tecnología, sí evoluciona".

El autor de libros sobre el tema acotó que los hombres tienen relaciones muy especiales con los objetos. "Los niños no se conforman con los dibujos animados en la televisión, Ipad u otros dispositivos, por eso, también quieren tener el peluche del osito; los libros impresos son los peluches de los adultos".

Subrayó que esa sentimentalidad respecto al objeto es fundamental al momento de abordar la relación entre libro y e-book.

"Esta singularidad que se atribuye al objeto ha sobrevivido a la par que la historia del hombre en un proceso de decadencia que no es ajeno a la vida misma y por lo mismo, a su singularidad".

Pensando en esos términos, la melancolía sobre el objeto es comprensible, subrayó, para añadir que en términos económicos, el hecho de que estemos pasando de una economía de la propiedad a una economía de consumo es evidente cuando nos enfrentamos al paso del libro en papel a lo electrónico.

¿Qué consecuencias tiene todo ésto para la cultura?, se preguntó y él mismo respondió. "Hay dos tipos de melancolía, una, la que reacciona ante la pérdida con una cierta elegancia de derrota, y quienes están en esto seguirán abrazando a su peluche", dijo ante la atención absoluta de cientos de asistentes al foro.

Y la otra, completó la idea, "es la de quienes se manifestaron en su momento de igual manera contra el ferrocarril o el telégrafo, y en los tiempos modernos contra el e-book, porque piensan que esos inventos conllevan eventos que tienen en sus entrañas el fin del mundo, es una melancolía apocalíptica".

Extendió su teoría al poner en relieve que "el melancólico apocalíptico centra su discurso en la posibilidad de que los ?e-book? ya están incrementando la estupidez colectiva. Y no es una exageración, pues ya un libro publicado que se titula ?Google y la estupidez?, pero se trata de libro estúpido por sí mismo.

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