La lectura es actividad fundamental para el ser humano

México, 27 Nov (Notimex).- La lectura tiene un papel fundamental en la formación del ser humano como tal, al ser una acción exclusiva del hombre y porque amplía su vocabulario, le ayuda a entender ideas, fomenta la imaginación y es la puerta para aprender nuevas cosas.

El aprendizaje de la lectura permite tener una mayor comprensión del significado de las palabras, “mejora los niveles de atención y fomenta la apropiación de los conocimientos”, indica un documento del Colegio de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Preparado para Notimex con motivo de la edición 29 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, el texto titulado “El papel formativo de la lectura” puntualiza que “durante la educación escolar, la lectura constituye la herramienta con la cual se accede al conocimiento por aprender del resto de las disciplinas escolares”.

En esta etapa, su propósito es hacer comprender lo que se lee, que no es cosa menor pues representa fortalecer la capacidad de entendimiento y, con ello, la apropiación del contenido, y por extensión del conocimiento mismo, abunda.

El escolar aprende nuevas palabras o acepciones de las que ya conoce, su correcta utilización, lo que repercute en el lenguaje de quien tiene este hábito, el cual además descubre que quien escribe es capaz de manifestar sentimientos, conceptos e ideas, e incluso disentir.

Por todo lo anterior, “la lectura coloca a un escolar en posición ventajosa para el aprendizaje a diferencia de uno que no tiene acceso a libros ni hay en casa la costumbre de leerlos”.

Un libro puede llevar a un niño a lugares donde nunca ha ido ni tiene posibilidades de ir; le transmite topografía, clima, ambiente, aromas; le coloca en lugares históricos o de la imaginación fuera de su alcance. Es decir, fecunda la imaginación.

El documento advierte que “en un mundo actual en el que los niños se están acostumbrando a decodificar imagen y no texto, también hace falta retomar las prácticas previas al impacto de las nuevas tecnologías, una de ellas es la lectura en familia.

“La lectura puede coadyuvar al establecimiento de relaciones familiares estrechas, crea momentos dignos de rememoración y la construcción de ideas compartidas”, y los padres que realizan esta práctica con sus hijos les enseñan a disfrutar de trama y aventuras.

Además, continúa, escucharlos leer en voz alta permite a los progenitores corregir pausas, pronunciación y exclamaciones, así como pueden resolver dudas o confusiones que presenten.

“La lectura habitual mejora los niveles de atención y fomenta la apropiación de los conocimientos, aunque los modelos educativos en boga satanicen la memorización, ésta es absolutamente necesaria para aprender”, asevera.

Ya en la etapa de educación media y superior, la actividad “ofrece al estudiante variadas muestras de diversos tópicos de análisis, distintas formas de expresar las ideas, y de diferentes estilos de escribir”, bases de lo que puede ser su propia personalidad.

Los jóvenes mejorarán su rendimiento académico, ampliarán su habilidad de expresarse oralmente y la seguridad en lo que hacen o piensan; la lectura “agiliza la inteligencia, permite la comprensión de los argumentos de lo leído o escuchado”, indica.

Aclara que no se trata de la simple decodificación de signos, “permite la realización de un proceso psicológico importante que es la realización de ´relaciones´ entre lo leído, visto, escuchado o pensado”.

Lo anterior, continúa, “permiten el desarrollo de personas creativas, que no sólo describan o evoquen algo que han percibido, sino que eso sea la materia prima para la realización de pensamientos y acciones innovadoras.

Recuerda para quienes piensan que las musas son quienes motivan a las personas creativas, que estos seres de la mitología griega “son las hijas de Mnemosine, la diosa de la memoria, y la memoria es una facultad mental superior que debe ser nutrida”.

Y lo anterior se logra con el estudio, es decir la lectura; el trabajo duro -lo recomendable son 10 años- en una rama del saber humano, y finalmente mucha práctica, para ser capaces de producir algo creativo.