Inspirados en esos “duendes”, artesanos, sacerdotes mayas y otros lugareños habilitaron en las inmediaciones de “El Mirador”, un Parque Ecológico que ofrece una aventura poco usual, dedicada a esos seres que aún forman parte central de las leyendas de los pueblos mayas contemporáneos.
Ubicado justo en la parte más alta de un cerro que pertenece a la zona conocida como “La Sierrita”, que tiene una altura aproximada de 19 metros sobre el nivel del mar, los visitantes pueden disfrutar una vista especial de la planicie que caracteriza a la geografía estatal.
“El Mirador”, que también colinda con la zona arqueológica de Uxmal -considerada Patrimonio Cultural de la Humanidad,- y con la llamada “Ruta Puuc” del Mundo Maya, cuenta con un Parque Ecológico que puede recorrerse a través de una “Bici-Ruta” o bien caminar.
Durante el trayecto, marcado por veredas empedradas , se atraviesa un gran jardín botánico y el sitio de las “piedras encantadas”.
En el lugar, sus creadores elaboraron con huano unas chozas que miden poco más de un metro de altura, hechas para “tener contentos” a los aluxes y puedan descansar del sofocante calor.
Las ofrendas a esos seres del imaginario colectivo de la región, se hacen desde tiempos prehispánicos, y hasta ahora, en muchas comunidades mayas, se les considera como una especie de “guardianes” de los montes y las grutas.
La gente espera que con las ofrendas, estas entidades del monte y las cuevas, les permitan caminar y andar por esos sitios sin mayores sobresaltos, pues se cree que si se les hace enojar o no se les consulta antes de pasar por los caminos que cuidan, pueden ser vengativos.
Entre los puntos más importantes del recorrido se encuentra un altar en donde se pueden observar ofrendas desde un sombrero hasta pulseras, monedas y dulces para los “pequeños seres” guardianes.
Atrás del altar principal, está el acceso a la “Gruta del Alux”, sitio en el que el visitante toma valor para bajar por una escalera de aluminio de unos seis metros de altura para bajar hasta un sitio en donde no llega la luz del sol, por lo que se requiere hacer el descenso con linternas.
Al salir de la refrescante gruta, se retoma el camino de regreso que lleva al viejo taller artesanal con que inició sus operaciones hace más de 25 años y en donde aún se hacen trabajos de tallado y armado de maderas y piedras.
En el área de venta se pueden encontrar tambores hechos a la usanza maya, como los tradicionales tunkules, cuyo uso musical data de la época precolombina, así como los zacatán o Uehuetl que es un tambor grande hecho con un tronco ahuecado y labrado en los lados y al que se le coloca en un extremo un parche de piel.
También se elaboran sonajas y los populares palos de lluvia.
El maestro artesano Pedro Ayuso Vela comentó en entrevista para Notimex que el museo y la “gruta de los aluxes” han sido un gran soporte para mantener vigente el proyecto de El Mirador, pues poco a poco la gente empieza a hablar del lugar y recomendarlo.
De hecho, el pasado domingo 29 de julio, el sitio fue sede de la ceremonia oficial que se hace cada año con motivo del inicio del “Año Nuevo Maya”, a la que asistieron h´menes (sacerdotes mayas) de varios puntos del territorio yucateco.
Comentó que se espera que con el impulso que ha tomado el sitio como un centro que promueve las creencias y rituales del pueblo maya, así como las artesanías de calidad, poco a poco el lugar se reposicione como un punto imperdible para quien visita el estado.
“Hoy pasamos por un momento complicado, pues los cambios que se han hecho en las redes carreteras del estado, han sacado a Muna de muchos de los tours tradicionales de la Ruta Puuc, por lo que esperamos que esta nueva oferta de turismo cultural y de aventura también sea promovida por las autoridades de turismo de todos los niveles dentro y fuera de nuestras fronteras”, finalizó.