En entrevista con Notimex, el presidente del ayuntamiento, Marcelo Soto Fernández, dijo que si bien la afluencia de turistas ha sido favorable después de haber recibido la primera denominación de Pueblo Mágico en 2001, el proyecto del geoparque permitirá incrementar el desarrollo y la economía del pueblo.
Tan solo durante la temporada baja arriban cinco mil personas cada semana, lo cual deja una derrama económica constante de entre seis y ocho millones pesos, “pero hay épocas, como en Semana Santa, donde el turismo es bastante y la infraestructura llega a saturarse”, ejemplificó.
La directora de Cultura y Educación del municipio, Luz María Ruiz Pelcastre, coincidió en que el turismo es uno de los sectores con mayor atracción de divisas porque en ese periodo es visitado por unas 120 mil personas.
“Eso ha elevado a un nivel medio el bienestar de las comunidades que tienen servicios turísticos y también ha propiciado la creación de empleos”, subrayó la funcionaria, al confiar en que el proyecto del geoparque atraiga ahora al turismo internacional porque cuenta con el aval de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Dicha iniciativa comprende nueve municipios -Pachuca de Soto, Mineral de la Reforma, Mineral del Chico, Mineral del Monte, Omitlán de Juárez, Epazoyucan, Singuilucan, Atotonilco el Grande y Huasca de Ocampo- dentro de un área de mil 900 kilómetros cuadrados que expresan la historia geológica de Hidalgo.
Este reconocimiento implica tener la responsabilidad de conservar el medio ambiente y la riqueza natural de los alrededores del municipio, acentuó Soto Fernández, al exponer que en marzo pasado se firmó un convenio con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y las secretarías de Turismo y Cultura del estado, a fin de lograr ese objetivo.
Puntualizó que en Huasca de Ocampo llevan a cabo el proyecto Basura Cero para no solo reducir los residuos generados, sino recuperar, separar y reutilizarlos en el desarrollo de utensilios o tecnologías, como macetas, muebles y construcción de casas, o venderlos para obtener ingresos.
El edil señaló que lo anterior es porque el Departamento de Limpias pasó de recolectar cinco toneladas diarias, en 2005 y 2006, a 16 toneladas, en la actualidad, aunque en diciembre pasado incrementó hasta 27 toneladas por el número de turistas que visitaron los diferentes lugares.
"Acentuó que la llegada de visitantes de otros países también los obliga a capacitar a los prestadores de servicios turísticos, con la intención de dominar otro idioma y mejorar la atención y la calidad de sus productos y servicios bajo la marca registrada Aleca".
Soto Fernández agregó que este municipio será sede de la Casa del Geoparque y, en conjunto con la UNAM y el Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo Industrial (ICATI), tendrá esa encomienda y además albergará toda la información turística de la entidad.
Esto incluirá el llamado Corredor de la Montaña, donde están los pueblos mágicos Real del Monte, Mineral del Chico y Huasca de Ocampo que tienen mayor afluencia y el visitante destina al menos 350 pesos para conocerlos.
De manera particular, en Huasca de Ocampo aún resuena la bonanza de los viejos tiempos, cuando el conde de Regla, Pedro Romero de Terreros, construyó varias haciendas de beneficio que lo convirtieron en el hombre más rico de su época.
Los terrenos de las haciendas Santa María Regla, San Juan Hueyapan y San Miguel Regla eran ocupados para procesar y transformar los minerales extraídos -oro, plata, plomo y otros- de las minas pertenecientes a los municipios cercanos, sobre todo hacia 1760, en lingotes y barras.
La ex hacienda San Antonio Regla quedó sumergida después de construirse una presa hidroeléctrica y puede recorrerse en lancha y apreciar parte del chacuaco (chimenea) y una torre sobre saliente del agua, la cual llega a tener una profundidad de hasta 15 metros de altura y una extensión de 4.5 kilómetros dentro de un paisaje de oyameles y un clima semifrío.
También puede ser visitada una pequeña cabaña escondida en el bosque que alberga el Museo de los Duendes, un sitio místico que ofrece una experiencia paranormal de estos pequeños seres que, de acuerdo con testimonios de los pobladores, aparecen en los alrededores el pueblo.(Por Carlos Trejo Serrano)