Canal de Panamá conjuga historia, economía y naturaleza

09 de Septiembre de 2018
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Panamá, 9 Sep (Notimex).- A poco más de 20 minutos de la ciudad, verdes paisajes dan la bienvenida a los visitantes del Canal de Panamá, la vía interoceánica que conecta al Atlántico con el Pacífico, y por donde a diario transitan entre 35 y 40 barcos.

A temprana hora, turistas de diversas partes del mundo se dan cita para atestiguar el funcionamiento de las esclusas, obras hidráulicas que abren y cierran compuertas para nivelar el agua y permitir el paso de las embarcaciones.

El cima es extremadamente caluroso, incluso desde las primeras horas del día la temperatura oscila entre los 24 y 30 grados centígrados, sin embargo, presenciar el paso de algún barco merece cualquier espera.

Para llegar a Miraflores, lugar idóneo para observar esta gran obra de ingeniería, los visitantes pueden pagar un tour, acompañados por un guía panameño o hacerlo de manera independiente en taxi, los cuales por cuestiones gubernamentales solo pueden ser manejados por personas que nacieron en este país.

Gino Sorinzel, taxista de 34 años de edad que pese a tener una carrera concluida en Mecánica para equipo pesado, prefiere ganarse la vida de esta manera porque asegura: “tiene el control del ingreso y de su tiempo”.
“El salario mínimo aquí en Panamá es de 630 dólares mensuales y yo aquí llego a ganarme 100 dólares diarios en ocho horas. Tengo una hija de 13 años y me gusta compartir tiempo con ella, así que yo decido hasta qué hora le doy a trabajar a alguien más el carro”, compartió.

Orgulloso de ser panameño, afirmó que el Gran Canal es uno de los puntos imperdibles de este país de cuatro millones 58 mil 372 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República.

Al llegar a Miraflores, sorprende la espectacular vista del océano, cuyo color azul turquesa combina a la perfección con el verde de la selva que rodea este gran canal, inaugurado el 15 de agosto de 1914 con el tránsito del vapor Ancón en una travesía del Atlántico al Pacífico.

De acuerdo con el dossier del museo que resguarda la historia visual esta vía interoceánica, el 16 de febrero de 1994 fue nombrado una de las siete maravillas del mundo moderno por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE).
La construcción de esta ruta, que cuenta con 100 años de servicio, la iniciaron los franceses, pero por problemas financieros y las enfermedades tropicales, la concluyó Estados Unidos, convirtiéndose en el país administrador.

Sin embargo, al hacerse cumplir el tratado de los Torrijos-Carter, Panamá asumió la administración, mantenimiento, modernización y ampliación desde 1999.

La espera del visitante para ver el cruce de alguna embarcación en variable, por ello el mirador ofrece otras opciones de esparcimiento, como su sala 3D en la que se proyecta la película que presenta al “Sr. Canales”, un personaje que cuenta la historia del Canal de Panamá, desde sus inicios hasta la actualidad.

También cuenta con un museo que exhibe la historia, la biodiversidad y el funcionamiento del canal, así como su importancia internacional.

A través de sus cuatro salas de exhibición se muestra a través de videos cómo que funciona como atajo marítimo para ahorrar distancia, tiempo y costos en el transporte de todo tipo de bienes.
“La vía interoceánica opera mediante un sistema de complejos de esclusas, de dos vías cada uno que sirven como ascensores de agua que elevan los buques al nivel del lago Gatún, a 27 metros sobre el mar, a fin de permitir el cruce por la Cordillera Central y luego bajarlos al nivel del mar al otro lado del istmo”, explica una de sus láminas.

A fin de garantizar la viabilidad social y ambiental del proyecto, el Canal incluye medidas de mitigación, como reforestación y el rescate de vida silvestre, arqueológico y geológico.

Actualmente la vía interocéanica conecta 144 rutas marítimas que llegan a mil 700 puertos en 160 países, lo que hace de Panamá un centro de transporte, logística y servicios, por lo que posiblemente alguno de los productos que están en varios hogares, pasaron por este canal.

Sorprendidos, visitantes de países como Alemania, Argentina, Costa Rica, Colombia, Estados Unidos, entre otros, observan el funcionamiento del canal, el paso de los barcos y el movimiento de las esclusas. El mirador resulta el lugar ideal para tomar fotos y tener un recuerdo de esta maravilla de la ingeniería.

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