Termas de Caracalla albergan muestra fotográfica por migrantes

17 de Octubre de 2017
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Roma, 17 Oct (Notimex).- Los rostros de hombres y mujeres que parecen emerger del subsuelo dan forma a la instalación fotográfica “Molti”, del artista Antonio Biasiucci, presentada hoy en los subterráneos de las Termas de Caracalla, inauguradas en el año 216 de nuestra era y desde 2012 abiertas al arte contemporáneo.

“Esta instalación nació inicialmente como homenaje a los migrantes que mueren en el mar”, explicó Biasiucci en la presentación a los medios.

Se trata de 50 fotografías -con un marco metálico y cubiertas de vidrio- de los rostros de hombres y mujeres de etnias diversas, rigurosamente con los ojos cerrados y una expresión relajada y serena.

“Lo que busco promover es una especie de fotografía antropológica en grado de contar la historia de la gente, una fotografía que vaya más allá de un contexto o de un lugar para subrayar los temas esenciales”, dijo el artista.

Biasiucci realizó las imágenes de “Molti” (Muchos) en 2009, fotografiando en blanco y negro las calcas o copias de los rostros de personas vivas hechas por el antropólogo Lidio Cipriani en la década de los 30 en algunos países del Norte de Africa.

Aunque la primera fuente de inspiración del creador fueron los migrantes muertos o desaparecidos en su intento de atravesar el Mediterráneo, en los subterráneos de las Termas de Caracalla las fotografías han adquirido un nuevo significado.

Según Biasiucci, recuerdan a los miles de esclavos y obreros que trabajaban en esos espacios oscuros y calientes para permitir el funcionamiento de las termas, baños públicos y lugar de ocio y distracción por excelencia de los habitantes de la Roma imperial.

“Las fotografías se pueden interpretar casi como un homenaje simbólico a una humanidad presente y necesaria pero no digna de ser recordada y a la cual Biasiucci restituye la dignidad del retrato, permitido en época romana solamente a las clases más acomodadas”, explicó el curador de la instalación, Ludovico Pratesi.

Agregó que el primer objetivo del artista fue el de dar un rostro a los seres humanos desesperados, perseguidos y desaparecidos en el mar a través de las fotografías a las calcas expuestas en el Museo de Antropología de Nápoles.

“Fuera de su contexto original esos rostros asumen otros significados: se cargan de ansia y dudas y en las Termas de Caracalla los rostros parecen emerger de un pasado oscuro, de un tiempo lejano y asumen una naturaleza casi fantasmagórica como íconos milenarios de una sociedad abierta y multiracial, pero en la que las diferencias sociales eran insuperables”, anotó Pratesi.

Inauguradas en el año 216 de nuestra era por el emperador Caracalla, hijo de Settimio Severo, las termas cuentan con una galería de túneles de tres kilómetros de longitud, de los cuales dos tercios han sido redescubiertos.

Esa red subterránea era fundamental para una estructura capaz de recibir mil 500 personas al mismo tiempo y más de ocho mil al día.

“Los casi dos kilómetros de galerías rescatadas de las Termas de Caracalla, que en gran parte deben ser restauradas, pueden convertirse en un gran espacio expositivo para Roma”, declaró el superintendente de Bienes Culturales de la capital italiana, Francesco Prosperetti.