Corredor Turístico Pixila apoya economía de las mujeres de la región

18 de Septiembre de 2016
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CORREDOR TURÍSTICO PIXILA
CORREDOR TURÍSTICO PIXILA
Izamal, Yuc. 18 Sep (Notimex).- El Corredor Turístico Pixila, un proyecto de emprendimiento social con cinco años de existencia, comienza a dar frutos para las mujeres de la comunidad de Cuauhtémoc de esta localidad, considerada una de las más pobres de este municipio.

El recinto, en el que 19 artesanas realizan y comercializan sus diversos trabajos, representa un espacio de convivencia y aprendizaje, así como una fuente de ingresos extra para sus familias.

Destacan artesanías como hamacas de un solo estambre o multicolores, las cuales tardan en ser tejidas hasta 15 días, también hay piezas de papel mache, cuyas formas remiten a la cultura y tradiciones del estado, así como cestos para tortillas y blusas tejidas o bordadas.

Las participantes de este proyecto asistieron a cursos de capacitación a cargo de personal del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que apoyó en la enseñanza de actividades y valuar correctamente sus productos, aseguró Candi Cupul Canche, en representación del presidente municipal de la entidad, LEM Warnel May Escobar.

“Con lo que ellas ganan, ayudan a poder darle una mejor calidad de vida a sus hijos porque tienen casas humildes y con la solvencia que les dan las artesanías, pueden ir juntando dinero para hacer cosas para su hogar”, explicó a Notimex.

Además, señaló Cupul Canche, se combate el machismo de la zona, pues se ha comenzado a dejar de ver a las mujeres sólo como amas de casa, debido a que sus maridos ya las perciben como personas productivas capaces de generar sus propios ingresos.

Estas mujeres también tienen como actividades principales el cuidado de los hijos y las labores domésticas.

Una de ellas, Clara Ávila, que tiene dos años de vender artesanías elaboradas con fibras naturales, detalló: “Llegó un maestro a enseñarnos y me llamó la atención esto que hago, me gusta estar aquí porque conoces a muchas personas y vienen maestros y te van enseñando más”.

Añadió que con dos hijos, uno de 10 y otro de cuatro años, “tener mi dinero es una ayuda económica, algo extra, pero si tengo que cumplir con la comida y llevar a los niños a la escuela por eso aquí vengo a las cuatro y me voy seis”, compartió.

Al igual que Ávila, la mayoría de las mujeres que son beneficiadas por este proyecto disfruta de la convivencia y poco a poco han comenzado a vender más sus piezas.

Ello ha sido posible gracias a la llegada de turistas, quienes camino a las zonas arqueológicas pasan a conocer este lugar, construido con recursos federales, estatales y municipales.

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