Lollapalooza retorna a Chile como esperanza para sector golpeado por la covid

18 de Marzo de 2022
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Santiago de Chile, 18 mar (EFE).- Miles de jóvenes, fanáticos de la música y del ambiente festivalero, se congregaron este viernes en el parque centenario de Cerrillos, en Santiago de Chile, para disfrutar del Lollapalooza 2022, uno de los festivales más importantes de Suramérica, que reabre sus puertas tras dos años cerradas por la covid-19 como esperanza para uno de los sectores más golpeados por la pandemia.

Bajo un fuerte calor, provistos de bebidas, crema solar y todo tipo de gorros y sombreros para protegerse del potente sol estival, muchos llegaban portando las entradas que compraron el pasado año y que la organización ha permitido usar.

"Hoy es un día para celebrar, para disfrutar. Necesitamos música, alegría, amigos", explicó Camila, una joven procedente de los barrios altos y acomodados de la capital.

Para esta primera jornada, el cartel lo lidera la banda de rock americana nacida en Seattle en 1994 Foo Fighters, que cuenta con un nutrido grupo de seguidores, y que se subirá al escenario al caer el ocaso.

Antes, habrán pasado diferentes escenarios grupos y artistas como el rapero puertorriqueño Jhay Cortez, sus colegas "reggae" de Cultura Profética, la cantautora canadiense Alexia Cara y el ritmo Indie y sensual de Channel Tres.

El sábado, el escenario principal será para la americana y antigua estrella de la factoría Dineny Miley Cirus, a la que acompañan en la cabeza del cartel el rapero estadounidense Asap Rocky, el conocido DJ sueco Alesso, su colega mexicano Deorro y el también rapero argentino Tiago PZK, además de la chilena Javiera Mena.

El festival lo cierran el domingo The Strokes, con la rapera nacida en Los Ángeles (California) Doja Cat, su colega procedente de Texas, Machine Gun Kelly, el DJ noruego Alan Walker, el productor y autor de música electrónica Chris Lake, y la argentina Nicki Nicole, exponente del rap desarrollado en la ciudad de Rosario.

UNA DÉCADA DE CONCIERTOS

Consagrado como uno de los festivales masivos más importantes del continente, Lollapalooza llegó al país suramericano por primera vez en 2011 y este fin de semana celebrará su décima edición en Santiago, aunque esta vez no será en el Parque O'Higgins como ocurría tradicionalmente, sino en el Parque Bicentenario.

Con un gran número de artistas locales en cartelera y decenas de invitados internacionales que completan un show con más de 100 bandas, el festival tiene en esta edición siete escenarios simultáneos a la espera de miles de asistentes.

Según detallaron desde la organización, al igual que ediciones anteriores, el festival contará con un plan de sostenibilidad para reducir su impacto ambiental.

“Nuestra plataforma, por la que llevamos música, arte y cultura en general, a miles de personas, es también el vehículo donde exponemos con el ejemplo, acciones que aportan a hacer del mundo un lugar mejor, donde instamos a pensar en que todos somos parte de la solución para revertir la crisis climática y que tenemos una responsabilidad que asumir para frenar sus devastadoras consecuencias”, señaló la productora ejecutiva del área de cultura y sostenibilidad de Lotus, Paola Castelvecchio.

MEDIDAS ANTICOVID

Debido a la pandemia de la covid-19, las versiones 2020 y 2021 fueron suspendidas, y los organizadores adelantaron que para esta edición se implementarán diversas medidas sanitarias instruidas por el Ministerio de Salud (Minsal), como la obligatoriedad del esquema de vacunación completo y el uso permanente de mascarillas.

A la fecha, en Chile se han registrado 3,3 millones de contagios, de los cuales 58.494 se encuentran en etapa activa de la enfermedad, es decir, que tienen capacidad para diseminar el virus; por otro lado, el número de fallecido desde el inicio de la emergencia sanitaria en marzo de 2020 asciende a más de 44.000 personas confirmadas por el Minsal.

Lollapalooza es un festival fundado en 1991 en Estados Unidos, desplegó su primera producción internacional en Chile y abrió luego la experiencia en Colombia, Argentina y Brasil.

El festival es también una cámara de pruebas de cara a la liberación de futuros eventos masivos, restringidos desde hace dos años en Chile, uno de los países con las políticas más duras del mundo frente a la covid-19.

Las medidas han golpeado a la industria del arte, la cultura y el entretenimiento, y su prolongación desató el malestar del sector, que desde hace meses pide al Gobierno que relaje las medidas para poder resucitar y recuperar los miles de trabajos que se han destruido durante este tiempo de pandemia.