Buenos Aires, 12 ago (EFE).- Siete mujeres de carácter y talento. Siete pioneras del tango, entre cancionistas, intérpretes, compositoras y actrices de comienzos de siglo XX, que marcaron con su impronta la historia del género y se convirtieron en una leyenda que hoy puede ser revisitada en una exposición del Museo Casa Carlos Gardel de Buenos Aires.
Pioneras en la grabación de discos, presentaciones en radio y en cine, lograron la admiración del público y el respeto de sus pares “encontrando una posición dentro de lo artístico, cosa nada fácil para aquel momento”, señala a Efe Gabriel Soria, director del museo.
Flora Gobbi, Rosita Quiroga, Paquita Bernardo, Tita Merello, Ada Falcón, Anita Palmero y Nelly Omar son las protagonistas en esta muestra curada por la especialista en "Música y Musicología del siglo XX'', Marina Cañardo, que reúne instrumentos musicales, partituras, discos y fotos, entre demás objetos.
LA MÁS LONGEVA
Nelly Omar, cuyo piano se expone en la muestra, fue de todas ellas la más longeva. Al cumplir los 100 años en 2011, la cancionista ofreció un concierto en el Luna Park de Buenos Aires, en el que deleitó a los presentes con un gran repertorio.
“Fue una gran intérprete del tango cancionero y criollo. La llamaban ‘la voz diferente’, y ‘la Gardel con polleras (faldas)’, título que a ella le gustaba menos, pero que era también un halago”, comenta Soria, que conoció personalmente y trabó una amistad con Omar, fallecida en 2013.
Nelly, explica el director, fue una intérprete criolla que pudo combinar en su voz algo que había planteado ya Carlos Gardel y otras intérpretes de los primeros tiempos del tango: la canción criolla de la pampa naciente, la pampa cercana a la ciudad, y el tango de la ciudad, agrega.
Como le ocurrió a otros artistas, la centenaria cancionista pasó tiempos difíciles a mediados de la década de 1950, e incluso debió dejar por un período el país. Había dedicado la canción “La descamisada” a su amiga Eva Perón, a la que admiraba profundamente, pero tras la caída del gobierno peronista, ese gesto de cariño le costaría: “Después del año 56 fue prohibida y me contaba que no tenía para comer porque no le daban trabajo”, relata Soria.
Pero eso no detuvo a Nelly, que comenzó a cantar en uno de los pocos lugares en los que se lo permitieron, una cantina llamada “El Rincón de los Artistas”. Por necesidad ella había vendido la mayoría de su ropa de escenario, pero decidió cubrirse con un poncho que se convirtió en ícono de su estilo: “El poncho, como bien decía ella, le mató el hambre”.
TITA MULTIFACÉTICA
“Está la intérprete, la cantante y la actriz”, dice Soria sobre la multifacética Tita Merello (1904-2002), otra pionera que en 1933 participó de “Tango”, la primera película sonora argentina.
Una artista que en su extensa carrera cosechó un perfil dinámico: “Fuera de su labor en el tango, Tita desarrolló una muy importante actividad como actriz”.
“En ‘Mercado de Abasto’ (1955) Merello canta la milonga ‘Se dice de mí’, obra compuesta a su medida por Francisco Canaro e Ivo Pelay, pero después tenemos ‘Los isleros’ (1951), ‘La morocha’ (1958), películas muy interesantes, ‘Amorina’ (1961), junto con Hugo del Carril”, comenta Soria.
Tita también actuó mucho en teatro, hizo radio, radioteatro, y grabó discos: “Quizá no en la medida en la que grabaron las demás, grabó menos en la época de mayor cartel”.
LA PRIMERA BANDONEONISTA
Paquita Bernardo, apodada “La mujer bandoneón” y “La flor de Villa Crespo”, barrio porteño donde había nacido en 1900, no solo fue la primera bandoneonista, instrumento reservado entonces solo para los hombres, sino que dirigió su propia orquesta, en la que participó como pianista un joven Osvaldo Pugliese, años más tarde célebre compositor y director de orquesta.
En su corta carrera, Paquita, que había nacido en 1900 y falleció de neumonía poco antes de cumplir los 24, descolló con el bandoneón -exhibido en la muestra- y compuso cerca de 15 piezas musicales, entre ellas "La Enmascarada" y "Soñando", tangos grabados por Gardel.
RADIO Y DISCOS
Completan la muestra la cancionista Flora Gobbi, una de las primeras en grabar tangos, las pioneras de la radio Rosita Quiroga y Ada Falcón; la primera guitarrista y cancionista -de la que se exhibe su guitarra-, que en solo diez años grabó más de 250 temas, y Falcón, con más de 218 grabaciones, mayoritariamente en compañía de la reconocida orquesta de Francisco Canaro.
Por último, pero no menos importante, Anita Palmero, protagonista en 1929 de la primera filmación sonora sincronizada con discos, en la que canta el tango “Botarate”, película que allí se expone.
Todas ellas se destacaron como miembros de aquella gran cofradía de la que fueron parte otras tantas pioneras. Por ello la muestra, que puede visitarse hasta octubre, invita también a participar enviando fotos e información sobre otras mujeres del tango, quienes con su impronta marcaron el ritmo del género.