Alejandro Brito, su director, explicó que en la época en que nació Letra S todavía (1994) había mucha desinformación al respecto, y la que había era información sesgada y culpaba a los mismos portadores de VIH, sobre todo a homosexuales que era la población más afectada, de expandir la epidemia.
Por ello, un grupo de comunicadores, amigos, compañeros, médicos y activistas, decidieron crear un suplemento, para contrarrestar esa desinformación y esa homofobia.
Primero apareció en el periódico El Nacional, el cual ya había tenido un suplemento de SIDA, que se llamaba Sociedad y Sida, pero desapareció a la muerte de su fundador, y decidieron continuar la labor en su memoria.
“Aunque nos propusimos dar continuidad a este proyecto, nunca nos propusimos crear una organización civil, sin embargo, la situación misma de la epidemia y de la respuesta que se le estaba dando, nos empujó al campo político, así como hacer incidencia política y activismo, porque había un vacío al respecto”, destacó.
En entrevista con Notimex, recordó que, si hubo aceptación por parte de los lectores de ese momento, sobre todo cuando se cambiaron al periódico La Jornada, porque el periódico El Nacional no era muy conocido, y además tuvieron problemas con su directora porque les prohibió hablar sobre homosexualidad.
Además que publicaran fotografías de homosexuales, tuvo una actitud homofóbica, cuando la principal población afectada era dicha población y decidieron irse.
Por su parte, la directora de La Jornada, Carmen Lira, les abrió las puertas y el cambio de periódico benefició al suplemento, aumentó el número de lectores y se convirtió en un referente, no sólo para padres de familia que no sabían la manera de cómo hablar de sexualidad con sus hijos y del tema, sobre todo del SIDA y el medio servía como vehículo para comunicarse con ellos.
Lo mismo pasó con profesores, donde el suplemento era una herramienta muy útil para abordar el tema, en sus clases se discutía la información que se publicaba y se dejaban tareas.
Funcionarios y autoridades de salud lo empezaron a ver como un referente crítico, eso también dio un espacio político, además se repartía en hospitales y clínicas donde se atendían a personas con VIH.
El SIDA en México
Alejandro Brito recordó que cuando llegó el virus al país, la gente estaba incrédula, se pensaba que sólo era un problema en Estados Unidos y otros países, que en México no era un riesgo, incluso las propias autoridades de salud, decían que no había estaba en peligro.
Tiempo después culparon a homosexuales, a trabajadoras sexuales, a personas que se inyectan drogas, a haitianos y a hemofílicos. Hubo mucho silencio, temor, así como discriminación y estigma hacia las personas con VIH.
En el suplemento se compartían historias sobre cómo eran expulsados de sus pueblos, de sus familias, de sus trabajos, mujeres a las que les quitaban los hijos o incluso no eran aceptados en hospitales y en funerarias se negaban a dar los servicios cuando se enteraban que las personas habían muerto de SIDA, era una discriminación generalizada.
En la actualidad, refirió, no se ha podido bajar el número de nuevas infecciones al año, ha bajado muy poco, de 10 mil a nueve mil casos, aproximadamente, y esto se da, porque todavía existe un estigma muy fuerte en relación al virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Resaltó que aún hay gente que piensa que es una enfermedad mortal, que es fácilmente contagiosa y que los sigue condenando, porque una persona con VIH, para mucha gente, es una persona sospechosa, es decir, por algo lo tiene.
La culpan de promiscuidad sexual, infidelidad o ejercer trabajo sexual, por hacer alguna conducta desaprobada por la sociedad. Y para no sufrir ese estigma la gente no se hace la prueba de VIH o cuando lo hace se aísla, lo ocultan y ya llegan a los hospitales con una enfermedad muy avanzada.
La gente se harta de usar condón
Asimismo, apuntó que durante mucho tiempo se ha promovido el uso del condón, como la mejor medida de protección, pero la gente se cansa de usarlo toda la vida, bajo todas las circunstancias, con todas las parejas, y es difícil pedirle a una persona que adquiera un hábito para toda la vida.
Expresó que el uso del condón cansó a los adolescentes porque no hay condones accesibles para ellos, existe una situación moralina de las instituciones de que piensa que acercarles condones a los adolescentes es empujarlos a tener sexo.
Hay instituciones que cuando los adolescentes se acercan a pedir este método de protección, no se los dan, porque les dicen que son menores de edad o les piden que vaya acompañados de un adulto o les dan dos o tres, porque se piensa que les hacen un mal, cuando es lo contrario.
Por esta razón, dijo, hace falta acceso también en las escuelas de los condones, sin embargo, “la mochería mexicana pone el grito en el cielo, todos los conservadores pondrían el grito en el cielo”.
Existe otra población que se cansó de su uso, las parejas estables, un matrimonio no le ve sentido usar condón, porque piensan que ellos son fieles, pero la realidad es que no hay tal fidelidad que se presume, hay muchas relaciones extramaritales, el marido piensa “yo a mi esposa la respeto y no lo voy a pedir usar condón, solo voy a usarlo si contrato a una trabajadora sexual, o me meto con una mujer en una fiesta y me voy con ella”, las cuales son ideas erróneas.
Hay un hartazgo de estas campañas que invitan a usar el condón, para prevenir el VIH, quizá si se insiste en que lo usen para prevenir el embarazo no deseado, posiblemente sería más factible de que los jóvenes lo usaran, porque no se sienten en riesgo, pero la verdad es que la mayoría de la gente en México no se siente en riesgo de adquirir el virus, aunque tengan relaciones sexuales peligrosas.
Jóvenes, los más propensos a contagiarse
En cuanto a la población más afectada, los hombres están más expuestos, se habla de 80 por ciento, mientras que de mujeres es el 20 por ciento, aunque el último dato oficial es que el número de mujeres ha incrementado. Es decir, antes era de nueve hombres por una mujer, ahora es de ocho hombres por dos mujeres, y en algunos sitios del país esa relación es mayor en el caso de las mujeres.
El virus afecta sobre todo a jóvenes, que son los que tienen la tasa de infección más alta, en especial los adolescentes, los que inician su vida sexual y se identifican como gays o como hombres que se sienten atraídos por otros hombres, esa es, sobre todo, la población afectada.
Además, daña a personas que comparten jeringas cuando consumen drogas inyectables, en México por fortuna todavía ese tipo de consumo de drogas no es tan amplio como Estados Unidos, así como a mujeres embarazadas con VIH que se lo transmiten a su bebé, pero aquí, como el tratamiento es efectivo, evita que una mujer embarazada con VIH transmita el virus a su bebé.
Así como a trabajadores sexuales, población interna en cárceles, mujeres transgénero, transexuales, travesti, tienen mucho riesgo de adquirirlo, en especial los jóvenes en general que no se protegen y tienen una vida sexual muy activa.
El director de la organización Letra S, sostuvo que en México se puede controlar la epidemia, ya se ha avanzado bastante, se tienen tratamientos que evitan la muerte de las personas y que no permite la transmisión del VIH, son gratuitos, su acceso es universal en todas las instituciones públicas de salud y de seguridad social del país.
Existe atención para las personas infectadas, hay pruebas de detección rápidas que en 20 minutos o menos ya se sabe si una persona es portadora del virus, estas pruebas son baratas y están accesibles en muchos sitios, se tiene una oportunidad de oro para detener la epidemia.
Sin embargo, el problema está en que el sistema de salud, no es muy amigable, no permite el acceso a todos estos servicios de prueba detección, de tratamiento e información, debido a las trabas burocráticas, porque hay un sistema de salud dividido, y son muchas las instituciones.
Cuando una persona no tiene seguridad social, no la atienden en clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la prueba debería de ser universal, así como las vacunas son universales en cualquier institución uno puede ir a que le apliquen una vacuna contra la influenza, así también debería ser accesible la prueba de VIH para todas las personas que quieran aplicársela.
Toda vez, que cuando una persona va con una infección de transmisión sexual, con gonorrea, sífilis o clamidia, en las clínicas, los médicos no les ofrecen la prueba de VIH, porque ahí hay una prueba de que una persona tuvo una conducta de sexo de riesgo y esas pruebas no están accesibles, deberían estarlo en todas las instituciones de salud, recalcó.
“Nosotros en el suplemento analizamos todas estas situaciones, siempre se han sido críticos, siempre hemos señalado donde está la barrera, dónde está la dificultad y no solo eso, sino cuál es la propuesta que destrabaría esa barrera o superar ese obstáculo, eso es lo que nos toca a nosotros en Letra S”, añadió.
Falta presupuesto para prevenir el VIH
De igual forma, Alejandro Brito señaló que hace falta mayor presupuesto para destinarlo a la prevención, ya que la mayoría del dinero se va a la compra de tratamientos, está bien, porque era urgente para salvar vidas, pero si uno compara el presupuesto que se destina a atención y tratamiento y el que se destina a la atención no hay comparación posible.
El que se destina a prevenir es muy poco, hay estados del país donde no se destina un solo peso a la prevención, que no compran ni siquiera condones.
Se necesita nivelar ese presupuesto para prevención, porque ahora hay un nuevo método que se llama profilaxis pre-exposición (PrEP) que disminuye la probabilidad de infección por VIH, cuando una persona va a tener un encuentro sexual de riesgo, puede tomar el tratamiento, aunque no tenga VIH, para evitar que en esa conducta de riesgo no lo adquiera.
Solo la Secretaría de Salud invierte 3 mil millones de pesos al año para la compra de tratamientos, falta ver las compras del IMSS y del ISSSTE y de otras instituciones.
Ello, es un problema, porque no se logran bajar los costos de medicamentos, que son muy caros en México, en América Latina es el país que compra el precio más alto de los medicamentos antirretrovirales. Brasil y Argentina, los compran a precios menores. El costo es de cinco a seis veces más.
México tiene esa posibilidad de comprar genéricos de estos medicamentos, sin embargo, como la Ley de Adquisiciones en México es restrictiva, hay muchas limitaciones en esta compra; además hay pocos genéricos, la industria farmacéutica mexicana de genéricos está poco desarrollada.
Además, hace falta compras consolidadas de la Secretaria de Salud y del IMSS, que se pongan de acuerdo para hacer las compras consolidadas, una sola beneficiaría y se lograría bajar el precio, poner condiciones a productores y distribuidores de los tratamientos para que bajen sus precios porque están muyelevados, consideró.
El camino de Letra S
Ahora ya como organización, está en otro contexto diferente al que la hizo surgir, era casi la voz única que hablaba del tema, ahora las voces se han multiplicado, con la ayuda de Internet, la información ya llega más rápido y fácil a la gente y las redes sociales han sido muy eficaces.
Los medios de comunicación se han multiplicado, se han renovado a una velocidad y profundidad que permiten una mejor respuesta. Letra S, se tiene que unir a estos esfuerzos, es una voz entre muchas, pero lo que quizá lo siga caracterizando es que realizan su propio contenido.
“Seguimos haciendo análisis de la información, pocos medios lo hacen, porque de lo contrario, es un peligro, siempre hay que estar corroborando información, siempre hay que contrarrestarla con otra, así como complementarla y verificarla, eso es lo que nosotros seguimos haciendo y eso es quizá lo que nos identifica, lo que es necesario en esta nueva etapa de las comunicaciones tecnológicas”, concluyó.