México, 11 Nov (Notimex).- En los últimos 40 años, la obesidad se ha casi triplicado en el mundo. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelan que en 2016, más de mil 900 millones de adultos, de 18 o más años (39 por ciento), tenían sobrepeso y de ellos, más de 650 millones (13 por ciento) eran obesos.
Al mismo tiempo, 41 millones de menores de cinco años y 340 millones de niños y adolescentes, entre cinco y 19 años, tenían sobrepeso u obesidad. En este último sector, agregó el organismo internacional, la prevalencia de estos problemas ha aumentado “de forma espectacular”, de cuatro por ciento en 1975 a más de 18 por ciento en 2016.
En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), el sobrepeso y la obesidad en mujeres presenta un aumento respecto a cifras de 2012, en los tres grupos de edad, el cual es mayor en zonas rurales que urbanas.
En la población masculina adulta, aumentó en zonas rurales (de 61.1 por ciento en 2012 a 67.5 por ciento en 2016) mientras que se estabilizó en zonas urbanas, en las que se mantiene en un nivel elevado (69.9 por ciento).
En este sentido, la Secretaría de Salud destacó que siete de cada 10 adultos y uno de cada tres niños tienen sobrepeso u obesidad y explicó que la obesidad es una patología crónica que no tiene cura, pero puede ser controlada al adquirir cambios en el estilo de vida, acompañados de un tratamiento adecuado.
La página web elpoderdelconsumidor.org destaca que nuestro país ocupa el segundo lugar entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con una de las mayores cifras de obesidad en adultos, mientras que los niños mexicanos menores de cinco años son los más afectados por esta condición en el mundo, según la Unicef.
El ISSSTE resaltó que la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública mundial más graves del siglo XXI y ha ido en aumento en los últimos años de forma alarmante. Actualmente, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos, superado solo por Estados Unidos.
El problema, agregó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, está presente no solo en la infancia y la adolescencia, sino también en la población en edad preescolar.
En la actualidad, el sobrepeso y la obesidad ya no pueden ser considerados como un problema de países de ingresos altos, pues ambos han ido en aumento en las naciones de niveles bajos y medios, en particular en los entornos urbanos.
Para la Federación Internacional de Obesidad, si esta tendencia al alza se mantiene, en el año 2025 existirán 2.7 mil millones de personas en el mundo con sobrepeso u obesidad.
El problema se magnifica cuando a la par de este incremento, crece también la tasa de mortalidad, ya que –como señaló la OMS-- el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal.
O como lo planteó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que han provocado más muertes que el narcotráfico y el crimen organizado.
Y es que la obesidad y el sobrepeso sin tratamiento son responsables de una gran cantidad de padecimientos crónicos no transmisibles, como la diabetes tipo 2, síndrome metabólico, dislipidemias, alteraciones cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor, en especial osteoartritis, hipertensión, hígado graso e, incluso, algunos tipos de cáncer.
En los niños, se asocia con una mayor probabilidad de muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.
Retos para las autoridades de Salud
Al respecto, el titular de la Secretaría de Salud, José Narro Robles, indicó que algunos de los desafíos que se presentan en el sector son sobrepeso y obesidad, padecimientos que pueden ocasionar diabetes, infartos, hipertensión arterial e insuficiencia renal.
Señaló que entre 1980 y 2015, el número de defunciones por diabetes creció 6.7 veces, así como los padecimientos que ocasiona dicha enfermedad. Solo en 2016, se registraron más de 13 mil defunciones por insuficiencia renal crónica y 128 mil muertes por infartos, hipertensión arterial y otras cardiopatías.
Por lo anterior, no es casual la preocupación internacional en el tema. Este próximo 12 de noviembre, como cada año, se celebrará el Día Mundial contra la Obesidad, con el fin de informar y sensibilizar a la población sobre la necesidad de adoptar medidas para prevenir y tratar este problema.
Se busca, ante todo, prever, evitar, ya que tanto el sobrepeso como la obesidad, así como las enfermedades no transmisibles vinculadas, pueden prevenirse en su mayoría.
Para lograr esta meta y desacelerar el incremento en la prevalencia tan elevada de estas enfermedades crónicas, en 2013, en nuestro país fue emitida la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes.
En 2015, fue puesto en marcha el Observatorio Mexicano de Enfermedades no Transmisibles (Oment), para dar seguimiento a esas acciones y hacer públicos los resultados de los indicadores considerados en tres pilares: salud pública, atención médica y regulación y política fiscal.
El objetivo, acorde con el Oment, es llevar a cabo acciones integrales, pues combatir esta patología desde un solo frente, resulta insuficiente e inefectivo.
“También se requiere un compromiso de todos los sectores involucrados: de la población en general, al adoptar medidas saludables en sus hábitos; del gobierno, al generar medidas y programas preventivos y de tratamiento para la población, así como de planeación urbana”, abundó.
Asimismo, existe la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria, cuyo propósito es brindarle al paciente los conocimientos necesarios para que mejore su salud, a través de la modificación de su estilo de vida, incorporando hábitos de alimentación y de actividad física, acordes a las necesidades de su cuerpo y así lograr la pérdida de peso.
El Programa de Atención para el Paciente con Obesidad da una la atención integral, que incluye al médico, nutriólogo, psiquiatra y psicólogo, quienes hacen un diagnóstico y definen el tratamiento individualizado, dentro de un esquema estructurado.
Preocupado y, sobre todo, ocupado por este problema de salud pública, el gobierno de la República, a través de la Secretaría de Salud, ha fortalecido sus estrategias de combate, mediante la puesta en marcha de programas y acciones dirigidas a los diferentes sectores de la población.
Uno de los planes que ha destacado Narro Robles es Salud en tu Escuela, cuyo eje central es el bienestar de niños y adolescentes, a través del fomento de buenos hábitos alimenticios y una adecuada actividad física. Se trata de una estrategia integral para prevenir enfermedades, fomentar el autocuidado de la salud y promover estilos de vida saludable entre los estudiantes.
Estrategia alimenticia
A nivel internacional, la OMS, en su estrategia sobre régimen alimentario, actividad física y salud, adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud, en 2004, describió las medidas necesarias para respaldar las dietas sanas y la actividad física periódica; se exhortó a todas las partes interesadas a adoptar medidas a nivel mundial, regional y local para mejorar las dietas y los hábitos de actividad física en la población.
En la Declaración Política de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles, de septiembre de 2011, se reconoció la importancia crucial de reducir la dieta malsana y la inactividad física.
Además, la Organización Mundial de la Salud creó el Plan de Acción Mundial para la Prevención y el Control de las Enfermedades no Transmisibles 2013-2020, que tiene por objeto cumplir los compromisos de la Declaración Política de las Naciones Unidas sobre las Enfermedades No Transmisibles.
Dicho plan contribuirá a realizar avances en nueve metas mundiales relativas a las enfermedades no transmisibles, que deben alcanzarse a más tardar en 2025, incluidas una reducción relativa del 25 por ciento en la mortalidad prematura a causa de estas enfermedades y una detención del aumento de la obesidad mundial, para coincidir con las tasas de 2010.
Así, México y el mundo se mantienen atentos y trabajan para acabar con este problema. Informan, elaboran programas y crean conciencia entre la población. No pueden escatimarse logros, pero falta por hacer.
Aún es necesario redoblar esfuerzos en todos los sectores de la sociedad, para hacerle frente a esta epidemia que afecta la calidad y esperanza de vida de quienes la padecen.
Sin tratamiento, obesidad y sobrepeso son responsables de padecimientos
11
de Noviembre
de
2017
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