En entrevista con Notimex, el especialista en Neurociencias del Collège de France habló sobre su ponencia “¿Qué hay de joven en el viejo?”, ofrecida como parte de la inauguración de la Cátedra del Collège de France en El Colegio Nacional.
Compartió su visión sobre el alcance que se puede tener con la medicina regenerativa, si se entiende bien en qué consiste el proceso de regeneración y recambio en todo ser vivo.
En ese sentido, explicó que el envejecimiento en realidad es un fenómeno en el que la capacidad de regeneración de las células comienza a mermar, conforme avanza el tiempo, hasta que llega un momento en que el cuerpo ya no puede regenerarse más y llega a su fin natural.
Si se ve de esta manera se puede entender que en realidad una persona mayor puede verse al espejo y pensar “ya estoy más viejo”, cuando en realidad, dentro de su cuerpo ya se regeneraron todas las células de su cuerpo y no existen células que haya estado vivas el año anterior, salvo en el caso de las neuronas.
Es así que dentro de “el viejo” existen siempre células nuevas que se han estado regenerando o sustituyendo y que permiten mantener la estructura integral que representa su cuerpo, por ello un viejo no puede decir del todo que está viejo pues la mayor parte de su cuerpo es nueva.
Este hecho se debe a que los seres vivientes pasamos por un proceso de biogénesis permanente pero silenciosa.
Por eso es por lo que uno puede verse y compararse con respecto al año pasado y en realidad ya no se trata del mismo, mas no necesariamente porque haya envejecido, sino porque su cuerpo se ha renovado.
En todo caso, explicó Prochiatz, se debe entender que parte del desgaste que se suele presentar en el envejecimiento es el resultado de una serie de factores naturales en el que intervienen las enfermedades, la alimentación y el mismo medio ambiente.
Es así como una persona, cuya genética está programada para durar un periodo de tiempo, puede acortar dicho tiempo de vida si no cuida estos factores como la alimentación y la salud,e incluso su relación con el clima.
Reconoció que, en efecto, con el avance de la tecnología y la ciencia, hoy el hombre ha aumentado su esperanza de vida, y ello se debe al aumento de esperanza de vida infantil y a la disminución de la mortalidad por parto.
Fuera de ello, aunque también existen factores que garantizan una mayor salud en el ser humano, “las condiciones de esperanza de vida del cuerpo humano como tal no han cambiado”.
A partir de esto es donde la medicina regenerativa ha comenzado a trabajar para entender este proceso permanente de regeneración o recambio del cuerpo y que se traduce en un renacimiento permanente, que es la base de la fisiología tal y como la entendía Claude Bernard, aseguró.
De esta manera el ser humana tiene una renovación permanente que lleva a los investigadores a tener una perspectiva nueva de las patologías y que se pueden considerar “no como una degradación sino como un error en el recambio”.
“Cuando hay demasiados errores de recambios o regeneración poco a poco comienza la degradación del cuerpo y eso deriva en la muerte”, advirtió al referirse al proceso de envejecimiento.
Explicó que las únicas células que no se renuevan son las neuronas, las cuales en realidad lo que hacen es crear nuevas sinopsis de conexión para las diferentes funciones cognitivas y de movimiento que tiene el cuerpo humano.
En el caso de las neuronas, reconoció que no fue sino hasta años reciente en que comenzó a entenderse este proceso de reparación de las neuronas, aunque diferente al proceso de recambio del resto de las neuronas, continúa incluso en etapas de la adultez, aunque todavía hay que estudiar mucho al respecto.
Desde luego, insistió en advertir que el proceso de regeneración de las células tiene un límite, y ese limite es el que determina que conforme se reparan las células llegará un momento en que se empezarán a producir tantos errores que la vida ya no podrá continuar y eso es el envejecimiento.
Recordó que las únicas células que son inmortales son las células cancerosas, las cuales, debido a un error genético continúan reproduciéndose infinitamente, aunque con errores que representan un daño mortal para el cuerpo humano, por lo que al final estas células inmortales mueren junto con su propietario.
Al entender cómo se da este proceso de regeneración y recambio dentro de su cuerpo, es que el hombre puede recurrir a una serie de acciones que garanticen que este proceso se lleve a cabo de manera saludable y equilibrada, hasta que finalmente se cumpla su ciclo.