El médico adscrito al Hospital de Ginecoobstetricia del IMSS Jalisco, agregó que las características biológicas que tienen las féminas en ambos grupos de edad facilitan el desarrollo de la presión alta, incluso si antes la tenían dentro de parámetros normales (140 y 90 milímetros de mercurio).
Mencionó que el problema puede aparecer alrededor de las 20 semanas de embarazo y no sólo pone en riesgo la vida de la futura madre, sino también la del bebé, porque la placenta no logra implantarse bien en la matriz.
Puntualizó que el producto podría perderse si no se lleva un control mes a mes y si la paciente no sigue las recomendaciones del médico.
“Cuando detectamos la patología, lo primero es investigar si hay antecedentes, si la hipertensión ya se había presentado antes, para posteriormente indicar medicamentos que no afecten al bebé”, explicó.
Manifestó que lo que resta del embarazo “monitoreamos la presión arterial en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) e incluso a las pacientes se les pide llevar control en una libreta”.
“En nuestro hospital, que es de alta especialidad, casi 53% de los egresos de terapia intensiva corresponden a pacientes con complicaciones asociadas a la hipertensión arterial”, añadió.
Comentó que el embarazo en adolescentes es un problema grave y va en aumento, “y por el otro lado, las mujeres profesionistas son quienes suelen aplazar cada vez más su maternidad”.
Subrayó que además del tratamiento médico que cada mujer encinta requiera de acuerdo a sus condiciones particulares, por lo general se recomendará actividad física moderada, una dieta rica en vitaminas, minerales y proteínas, así como estudios de laboratorio frecuentes para detectar cualquier anomalía que ponga en riesgo a madre e hijo.