"Beber Menos" es el nombre de la plataforma que es parte de una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para promover el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) que ayuden a mejorar la salud de la población.
El concepto es de origen holandés, no obstante, México, India, Brasil y Bielorrusia realizaron los trabajos para adaptarlo a los diferentes contextos socioculturales de cada país.
A través de la plataforma, los usuarios podrán evaluar su patrón de consumo, establecer metas y estrategias para reducir su ingesta o dejar de beber mediante ejercicios interactivos en ocho semanas, tiempo de duración del programa, dijo la líder del proyecto en México, Marcela Alejandra Tiburcio Sainz.
En entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Tiburcio Sainz destacó que "Beber Menos" se realiza en línea y el usuario lo puede completar a su ritmo, ya que está disponible las 24 horas.
Afirmó que el programa anónimo y gratuito está dirigido a mayores de 18 años preocupados por su consumo de alcohol, el cual incluye técnicas cognitivo conductuales.
Los interesados sólo deberán crear una cuenta con nombre de usuario y contraseña, proporcionar datos para su seguimiento, firmar una carta de consentimiento.
“El programa presenta una serie de instrumentos que evalúan el consumo de alcohol, los problemas que el usuario ha presentado asociados al mismo, así como cuestionarios que exploran los cambios de conducta”, explicó.
“Incluye una herramienta de balance decisional, que ayuda a hacer una evaluación de las cosas buenas que se han obtenido del consumo y de las no tan buenas. Un siguiente paso en el programa consiste en establecer una meta de consumo”, destacó la titular del proyecto en México.
Entre las estrategias para alcanzar la meta están el registro del consumo diario de alcohol y el estado de ánimo, para identificar las principales situaciones de riesgo en su ingesta.
Determinadas las causas se plantean estrategias probadas en varios programas de tratamiento de este mismo modelo y que muestran la efectividad de dichas herramientas, refirió Tiburcio Sainz.
La también jefa del Departamento de Ciencias Sociales en Salud del INPRFM aseguró que el proyecto tiene ventajas frente a terapias tradicionales como accesibilidad, anonimato, independencia de tiempo y distancia.
La especialista refirió que a diferencia de las personas dependientes al alcohol, el consumidor frecuente requiere un tratamiento distinto, pues presenta comportamientos que se pueden modificar.
“Un consumidor en riesgo no ha abandonado sus responsabilidades y tiene muchos días de no consumo, pero cuando lo hace, bebe en exceso y por su forma de beber tiene consecuencias en la salud, o bien problemas sociales”, abundó.
El estudio permitirá a los médicos comparar el consumo al inicio y término del programa, si el usuario cumplió las metas y compara la información con aquellos que estuvieron motivados, pero abandonaron esta estrategia.
“Nos permitirá determinar si funciona mejor con hombres o mujeres y en cuál de los cuatro contextos socioculturales opera mejor”, agregó.