La estimación se basa en un análisis realizado por investigadores de la Escuela Johns Hopkins Bloomberg de Salud, en Estados Unidos, publicado en la revista The Lancet Global Health.
El análisis, que toma como base el peor de tres supuestos de 118 países de ingresos bajos y medios, también estimó que podrían producirse alrededor de 1,2 millones de muertes adicionales de menores de cinco años en tan sólo seis meses.
Esto debido a las reducciones en los niveles de cobertura de los servicios médicos rutinarios y al aumento de la emaciación infantil.
Esta cifra se sumaría a los 2,5 millones de niños que fallecen cada seis meses antes de cumplir cinco años en 118 países incluidos en el estudio, lo que podría echar por tierra casi una década de avances para poner fin a la mortalidad infantil, advirtió la Unicef.
Asimismo, podrían producirse 56 mil 700 muertes maternas adicionales en seis meses, sumadas a las 144 mil que ya ocurren en los mismos países.
“No podemos permitir que las madres y los niños sufran los daños colaterales de la lucha contra el virus. Y no podemos permitirnos perder décadas de avances en la reducción de muertes prevenibles de madres y de niños”, señaló la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore.
Mientras que en los tres supuestos analizados se encontró que en el menos grave, en el que la cobertura se reduciría alrededor de 15 por ciento, habría un aumento del 9,8 por ciento en las muertes de menores de cinco años y un aumento del 8,3 por ciento en las maternas.
En el supuesto más grave, en el que las intervenciones en materia de salud se reducirían alrededor de 45 por ciento, se produciría un aumento de 44,7 por ciento en los fallecimientos de menores de cinco años, y de 38,6 por ciento en los decesos maternos cada mes.
Finalmente, en el peor de los casos, los países que podrían registrar el mayor número de muertes infantiles adicionales son: Bangladesh, Brasil, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán, República Democrática del Congo, República Unida de Tanzania y Uganda.
Y las naciones con más probabilidades de registrar las mayores tasas de exceso de mortalidad infantil, en el peor de los casos, son: Djibouti, Eswatini, Lesotho, Liberia, Malí, Malawi, Nigeria, Pakistán, Sierra Leona y Somalia.