Pintar en tela, la mejor medicina cuando se padece esclerosis

27 de Enero de 2019
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Pintar en tela, la mejor medicina para su esclerosis
Pintar en tela, la mejor medicina para su esclerosis
Acapulco, 27 Ene (Notimex).- Jesús Alberto Barrera Ávila, quien desde hace 20 años tiene esclerosis múltiple, se ha refugiado en su mejor terapia que es pintar a mano sobre tela y elaborar una variedad de vestidos, rebozos, manteles, fundas y gorras con diseños florales.

Para distraerse del dolor que le ocasiona su enfermedad, Jesús, de 45 años de edad, pinta diariamente desde su cama sus diseños de flores que han conquistado a clientes locales y extranjeros.

Su discapacidad no le impide salir adelante con estas creaciones elaboradas a mano que reflejan el amor que este hombre le profesa a la naturaleza.

Beto, como lo conocen sus vecinos en la colonia Amadeo Vidales, ubicada en la zona suburbana del puerto, relató a Notimex que estaba en su trabajo cuando de pronto perdió la movilidad de sus piernas y dejó de caminar.

Luego de varios estudios, los médicos le diagnosticaron esclerosis múltiple y mielitis transversa hace 20 años y hace 12 años diabetes tipo 2, por lo que ha ido luchando para no dejarse vencer por la enfermedad, además de que tiene que juntar dinero para sus medicamentos que son costosos.

“Fue una enfermedad de la noche a la mañana, yo nunca imagine lo que se me venía encima y cuando me dijeron los doctores que era esclerosis múltiple pensé que iba ser pasajera pero ya no pude levantarme de la cama y está enfermedad requiere mucha rehabilitación”, precisó.

Dijo que este padecimiento lo llevó a aprender a dibujar porque los días en su cama son muy largos ya que tiene que aguantar dolores intensos que se le ha complicado con la diabetes.

“Aprendí a canalizar el dolor y a calmarlo con el trabajo de la pintura. Desde hace 12 años pinto, ningún relajante me quitaba el dolor más que con esta terapia de pintar.

“Con el trabajo me siento bien, me calma mi dolor, lo que si a veces me desespero porque trabajo mucho y me acabo rápido el material que compro”, apuntó.

Explicó que primero traza el área para dibujar flores como orquídea, tulipanes, rosas, alcatraz, amapola y margaritas, para después utilizar pinturas acrílicas especiales que den vida a sus diseños que también pueden ser personalizados.
Sobre una blusa de color azul, Beto empieza a pintar sus flores las cuales concluye en un par de horas, sin embargo, dice que pintar un vestido a mano le lleva hasta dos días.

Desde las 08:00 hasta las 16:00 horas, en su habitación que se ha convertido en su estudio, Jesús pinta reboso, manteles, gorras y vestidos elaborados en telas como tergal, manta, cuadrille, lino y otras que faciliten utilizar las pinturas acrílicas.

Dijo que le gusta trabajar rápido y no dejar ninguno de sus diseños pendientes, pues con su enfermedad, está consiente que no sabe que le puede esperar al otro día.

“La piezas que empiezo procuro acabarla porque esta enfermedad no tiene nada seguro y yo sé que puede pasarme algo y por eso he creado ese hábito de terminar mis piezas”, señaló.

En este sentido, comentó que las redes sociales le han ayudado a promocionar sus diseños ya que algunos de ellos han llegado a países como Japón, Argentina, Puerto Rico, Canadá, Brasil, España y Estados Unidos.

Además, agregó, en este municipio turístico también tiene sus clientes, quienes conocen su necesidad de trabajar y le llevan telas para que les elabore un rebozo, playeras o vestidos.
Recuerda que anteriormente, su mamá le ayudaba a vender en el zócalo de Acapulco donde los turistas eran sus principales clientes, pero la enfermedad de su progenitora y la situación de la inseguridad, los ha orillado a realizar todo en su domicilio.

Para Jesús Alberto, el pintar vestidos, rebosos y manteles a mano es una medicina instantánea que le ayuda a curar sus síntomas a pesar de las recaídas que ha tenido y los fuertes dolores que estas le han ocasionado.

Los precios de sus productos varían ya que las gorras con diseños florales tienen un costo de 100 pesos, los rebozos 250 pesos, vestidos desde 200 a 250 pesos y en el caso de los manteles, de acuerdo al tamaño es el precio.

El artista detalló que pidió el apoyo del gobierno federal y estatal para que sea incluido en programas para personas con discapacidad como crédito a la palabra o micro créditos que le ayuden a comprar material para seguir realizando su obra.

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