Una dieta deficiente en nutrientes esenciales, en cualquier etapa de la vida, puede tener efectos negativos a largo plazo en diversas funciones vitales del organismo e incluso llevar a la muerte.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona puede tener obesidad y malnutrición al mismo tiempo, ya que esta última ocurre cuando hay una deficiencia de macro y micro nutrientes, un exceso o un desbalance de éstos.
Mientras que el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) dijo que la debilidad, las enfermedades recurrentes y la dificultad para superarlas son algunos de los principales síntomas y signos de malnutrición en adultos y adolescentes.
Sentirse cansado a pesar de haber tenido un buen descanso, dificultad para concentrarse, sensación de frío la mayor parte del tiempo (como si el “termostato interno estuviera descompuesto”), cabello sin brillo, piel reseca y uñas quebradizas, depresión o ánimo bajo sin razón aparente, son otros síntomas.
Cuando la malnutrición es severa, puede también haber pérdida de la visión (principalmente en la noche), úlceras en la boca, inflamación abdominal, anemia y ciclos menstruales irregulares (en mujeres).
En los niños que no reciben los nutrientes necesarios se puede afectar el ritmo de crecimiento, tener bajo peso, mostrar irritación, ansiedad y cambios de humor espontáneos.
Además de que se cansan antes que sus compañeros o sus niveles de energía son bajos. Para evitar una malnutrición, se recomienda la ingesta de alimentos ricos en nutrientes y beber agua simple.