El subdirector de Desarrollo Institucional del Instituto Jalisciense de Cancerología (IJC) agregó que existen varios tipos de cáncer de piel, entre ellos el melanoma y el no melanoma, sin embargo, todos tienen relación directa con la exposición solar.
Explicó que el cáncer de piel se identifica por el desarrollo de manchas o lesiones o la aparición de lunares después de los 25 o 30 años, “se pueden identificar por tener bordes irregulares y poco limitados, si la coloración es homogénea es de menor riesgo, si el volumen de la lesión es mayor a siete milímetros es más riesgosa”.
Recomendó a las personas que se consideran de alto riesgo acudir con un dermatólogo a realizarse ‘mapeos corporales’, que consiste en fotografías de las lesiones en todo el cuerpo para tener mediciones de cada una, vigilarlas y prevenir un tumor.
Mencionó que una persona que desarrolló cáncer de piel y ya fue curada, es propensa a tenerlo de nuevo, por lo que es indispensable incrementar las acciones preventivas y evitar la exposición al sol.
A su vez la directora del Instituto Dermatológico de Jalisco "Dr. José Barba Rubio", María del Rocío Ferrusco Ontiveros, dijo que la piel es el órgano más grande que tiene el cuerpo y es precisamente el encargado de defenderlo de las agresiones físicas, químicas y ambientales.
Añadió que por ello se promueve el uso de protector solar como una de las medidas indispensables a seguir en esta temporada de calor, “en donde hay más radiación y más incidencia de rayos ultravioleta, la piel es la que se encarga de absorber todos estos agentes y por eso se deben extremar cuidados”.
Manifestó que a la par de protegerse a sí mismos es importante el cuidado de niños y adultos mayores, ya que en ambos casos su piel es más sensible y vulnerable.
Detalló que en el caso de los pequeños es obligado aplicarles bloqueador con FPS mayor a 50 a partir de los seis meses de edad, “mientras que los adultos tienen más opciones, desde cremas protectoras, filtros o bloqueadores solares”.
“La piel recibe la radiación que produce el sol, tanto radiación ultravioleta, luz visible y rayos infrarrojos, y aunque tengamos ropa la piel también absorbe esa radiación a través de la ropa, por eso es que se debe evitar y estar en contacto o fuera de las 10:00 a las 15:00 horas para evitar ese daño”.
Exhortó a la población a ser socialmente responsables con el medio ambiente y optar por el uso de protectores solares biodegradables, para evitar que los residuos de los productos dañen ecosistemas como los corales, por ejemplo.
Precisó que existen seis grados de tipo de piel, “el uno corresponde a los pelirrojos, el dos a los rubios, el tres a los trigueños, el cuatro a los mestizos, el cinco a los más oscuros y el seis a los negros”.
“Las personas con fototipo uno, dos y tres necesariamente deben utilizar protector solar con FPS de 50 más y las del cuatro en adelante, dependiendo de la sensibilidad de su piel, pueden utilizar protector a partir de 30”.
Por su parte el subdirector médico del Instituto Dermatológico, Ricardo Quiñones Venegas, comentó que el daño ambiental ha generado afectación muy importante de la capa de ozono, por lo cual los rayos solares llegan directamente con más intensidad.
“Ése es el motivo por el cual promovemos que el cuidado a la radiación solar sea extremo, exponerse al sol en playa, en alberca y en la sierra tiene repercusiones”.
Destacó que los efectos inmediatos por una exposición indiscriminada al sol, sin protección, se ven por la tarde o noche, en particular en niños, “presentan enrojecimiento extremo de la piel y ardor, además de deshidratación, malestar general y dolor de cabeza”.
Puntualizó que en la ciudad el protector solar debe aplicarse cada tres a cuatro horas, y en el caso de acudir a una alberca y a la playa se debe repetir la aplicación cada una o dos horas.
Aconsejó tomar agua embotellada, hervida o desinfectada frecuentemente para mantenerse hidratado; y evitar ponerse al sol por periodos prolongados, en especial entre 10:00 y 15 horas, que es cuando la temperatura alcanza sus niveles más altos”.
Invitó a utilizar ropa ligera y de colores claros; “al salir a la calle utilizar gorra o sombrero, lentes de sol, sombrilla, sombrero y protector solar; permanecer en ambientes frescos a la sombra y bien ventilados y buscar un filtro solar de amplio espectro o protección contra UVA/UVB, ya que estos productos son los más eficaces”.