En el marco de la preocupación que causa en el mundo una posible epidemia de sarampión, el investigador subrayó que en el país está claro que por ahora se trata sólo de un brote de la enfermedad; sin embargo, pidió enfatizar en las investigaciones respecto a su origen.
Velasco Hernández felicitó que el brote del virus en el país esté controlado e indicó que existe un amplio esquema de vacunación, que si madres y padres llevan a cabo puntualmente, “la probabilidad de un brote mayor es bajo”.
Sobre los cinco casos registrados en Quintana Roo; tres en Chihuahua; dos en el Estado de México; uno en Nuevo León y otro en San Luis Potosí, confió en que las autoridades sanitarias ya investigan el origen y dan seguimiento puntal.
Entrevistado en el marco de la XXVIII Escuela Nacional de Optimización y Análisis Numérico (ENOAN) 2019, en la que participó con una conferencia magistral sobre epidemiología matemática, sin restarle importancia, refirió que el brote de sarampión en México es similar a los que hubo antes de zika, influenza y actualmente de dengue, sin llegar a epidemia.
El investigador de biología matemática, especialista en enfermedades de naturaleza infecciosa causadas por patógenos, refirió la importancia de conocer primero el origen de los casos de sarampión, es decir, si son autóctonos o importados, a fin de saber de dónde procedieron y establecer protocolos de actuación.
Asimismo, indicó que en epidemiología existe un parámetro llamado Número Reproductivo Básico, el cual permite determinar si existe un brote o epidemia y en el caso de esta última su severidad.
En ese sentido, explicó que el Número Reproductivo Básico se calcula en base a tres vertientes: tasa de contactos (frecuencia de contacto de un enfermo con una persona sana); probabilidad de que el contacto resulte en infección y tiempo en el se puede trasmitir la enfermedad.
Luego se refirió a la relación estrecha que existe entre las matemáticas y la medicina, específicamente en la epidemiología matemática, para el establecimiento de patrones temporales y espaciales en la distribución de enfermedades, como en este momento el sarampión.
La aplicación de las matemáticas y la computación en el área médica es vital para el uso de la gran cantidad de datos que se obtienen y aunque señaló que aún no es factible prevenir epidemias, lo ideal trabajar para elaborar sistemas de alerta temprana para enfermedades infecciosas.
Para ello es primordial el uso de programas de inteligencia artificial, big data y machine learning, porque la generación de esos sistemas de alerta temprana “nos indicarían con suficiente anticipación la posibilidad de brotes epidémicos, para prevenirnos con personal, hospitales, camas y medicamentos”, concluyó.