Indicó que de todos los mexicanos que tienen obesidad o un índice de masa corporal superior a 30, entre 60 y 80 por ciento padece apnea del sueño, es decir, hacen pausas en su respiración durante el descanso, lo que de inicio puede provocar somnolencia y fatiga a lo largo del día.
“De no tratarse la enfermedad a tiempo, el paciente podría desarrollar complicaciones graves, como muerte súbita por infarto al miocardio o embolia cerebral”, afirmó.
Explicó que el síntoma más frecuente que se puede identificar en casa es el ronquido. Luego los pacientes se quejan de tener mucho sueño durante el día, incluso después de dormir por un tiempo considerable.
El experto detalló que quienes mayor riesgo tienen son aquellos con enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, desórdenes metabólicos, hipertiroidismo, insuficiencia cardiaca. A nivel fisionómico, un factor predisponente es tener un cuello muy ancho.
Aunque la diabetes mellitus también es una enfermedad de orden metabólico, Álvarez Pinto aseveró que no es un predisponente para apnea de sueño, aunque sí suele ser una de las complicaciones o agravantes de un cuadro clínico que no se trata a tiempo.
Añadió que el IMSS cuenta con tratamiento para esta afección, porque lo que ante la sospecha de tenerla es necesario acudir al médico familiar, quien realizará estudios de diagnóstico para derivar al paciente con un especialista en caso necesario.