En entrevista con Notimex, en el marco de la Séptima Edición de la Fiesta de las Ciencias y Humanidades UNAM, dijo que lo anterior daría la posibilidad de tener al menos medio centenar de laboratorios que trabajaran con el banco de células pluripotentes para ampliar la investigación y el desarrollo tecnológico genómico propio.
Este proyecto pretende evitar que México se rezague, porque desde 2006 inició la Revolución en Biomedicina que encabezan Estados Unidos y Japón, países que tienen bancos de células pluripotentes inducidas y embrionarias para elaborar fármacos sin toxicidad, los cuales han tenido grandes logros en apenas 10 años; el primero con apoyo de sus sectores privados y el segundo con sus sectores públicos.
Consideró que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como formadora de científicos y generadora de conocimiento, los debe vincular a la industria para que haya avance tecnológico y científico en la medicina genómica, como sucede en países desarrollados.
El trabajo científico que se realiza en el Laboratorio de Reprogramación Celular del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, del que está a cargo, sólo aplica en educación con la formación de especialistas y científicos, explicó.
Destacó que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) otorga recursos al laboratorio que dirige, pero son insuficientes, aunque confió en que con la actual titular del consejo, Elena Álvarez Buyllá, haya avances en esta área del conocimiento.
“Se requieren recursos, moderados pero suficientes, para evitar que el país quede atrasado en la revolución médica que está presente”, aseveró el científico.
El también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, explicó que las células pluripotentes inducidas, que se abrevian como IPS, por sus siglas en inglés (Induced Pluripotent Stem), son células madre con características pluripotenciales es decir, capaces de generar la mayoría de los tejidos en laboratorio derivados de una célula que inicialmente no era pluripotencial.
Las células madre embrionarias sólo existen en las fases más tempranas del desarrollo embrionario y se siguen desarrollando hasta formar todas las células del cuerpo adulto. En los humanos, estas células dejan de existir transcurridos unos cinco días del comienzo del desarrollo.
Cuando se extraen y se cultivan en laboratorio, se pueden dividir de forma indefinida, manteniendo la capacidad de formar más de 200 tipos de células adultas, cada uno en mil millones de copias, que se utilizan en la ciencia y en la medicina para desarrollar algunos tejidos maduros de corazón, hígado, pulmones, cerebro o piel, detalló.