El ministro congoleño de Salud, Oly Ilunga, informó este domingo que desde el pasado 1 de agosto, cuando se detectó el nuevo brote de la virulenta enfermedad en la localidad de Mangina, en la provincia de Kivu Norte, se han confirmado 319 casos, de los cuales 198 perecieron.
“Cerca de la mitad de las víctimas eran de Beni, una ciudad de 800 mil habitantes en la región de Kivu del Norte”, dijo el responsable sanitario en una declaración sobre la actualización sobre el brote de ébola, enfermedad que a menudo resulta fatal.
Del total de casos confirmados, 97 se curaron. Los otros están hospitalizados en los diversos Centros de Tratamiento de Ébola instalados, destacó la declaración ministerial, según un reporte de Radio Okapi.
También se han confirmado siete casos nuevos, incluidos tres en la ciudad de Beni, dos en Butembo, y uno más en Kyondo, al igual que en Vuhovi.
Ilunga mencionó que el programa de vacunación contra el ébola ha inoculado hasta ahora a unas 25 mil personas, aunque reconoció que los esfuerzos de las autoridades para contener el mal se han visto obstaculizados por los ataques a los trabajadores médicos.
“La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los trabajadores de salud están tratando de contener un brote del mortal virus del ébola en la República Democrática del Congo (RDC), pero el conflicto en el país está obstaculizando esos esfuerzos”, indicó.
El brote actual es el décimo que la RDC (antes Ziare) ha sufrido y el peor desde su aparición en una parte remota del país en 1976, cuando la rara enfermedad fue controlada rápidamente con el aislamiento de pacientes, puestos en cuarentena.
El virus del Ébola, una enfermedad grave y aguda, que a menudo es mortal si no se trata, tiene una tasa promedio de letalidad de alrededor del 50 por ciento, y es transmisible por contacto con la sangre o los fluidos corporales de animales infectados (generalmente monos o murciélagos de la fruta).
Los síntomas de la enfermedad suelen comenzar entre los dos días y las tres semanas después de haber contraído el virus, con la presencia de fiebre, dolores musculares, de garganta y de cabeza, después siguen náuseas, vómitos, y diarrea, junto con fallo hepático y renal, y final el paciente sufre complicaciones hemorrágicas.