La enfermedad golpea sobre todo los estados de Borno, Adamawa y Yobe, precisó el Consejo Noruego para Refugiados, que reclamó a las autoridades locales una mejora urgente de las medidas de higiene para combatir el cólera y a la comunidad internacional brindar los fondos necesarios.
“El cólera se propaga rápidamente en los congestionados campamentos de desplazados, donde es difícil proporcionar agua, saneamiento y servicios de higiene”, dijo Jante Cherono, responsable del programa del Consejo Noruego de Refugiados en Maiduguri, capital del estado de Borno.
Exhortó a las autoridades de Borno, Adamawa y Yobe proporcionar más tierras para los desplazados, así como la construcción de instalaciones de salud y saneamiento, ya que de lo contario se avecina una nueva crisis sanitaria en 2019.
Además de la congestión en los campamentos, la temperatura de lluvias ha agravado la situación”, indicó Cherono.
La semana pasada, el presidente nigeriano, Muhamadu Buhari, en campaña electoral para ser reelegido, declaró el estado de emergencia sanitaria durante una cumbre sobre el acceso al agua.
En Nigeria, el país más poblado de África con 180 millones de personas, una cuarta parte de los habitantes carecen de acceso a baños y el acceso al agua ha bajado de 32 al 7.0 por ciento en 2015, explicó Buhari.
La zona noreste de Nigeria, así como otras zonas del Lago de Chad, han sufrido brotes de cóleras en años anteriores, debido al hacinamiento de los desplazados, que huyen de la ola de violencia que lleva a cabo la milicia islámica Boko Haram.