Este síndrome se manifiesta con diversos síntomas: agotamiento físico, ganas de llorar, tristeza, aislamiento social, pérdida de apetito, dificultad para dormir, pérdida de intereses y motivaciones, estado de nerviosismo constante, dolores de cabeza o estómago, sentimiento de fracaso, de agotamiento e impotencia y dificultad para pensar con claridad.
Con la llegada de un bebé, la vida familiar y personal de los padres cambia por completo y la sola responsabilidad de saberse responsable de una persona el grado de estres aumenta.
Ante este panorama, la revista “Ser Padres” recomienda que en cuanto se identifiquen los síntomas mencionados, es importante acudir al médico o especialista para que nos ayude e inicie un tratamiento adecuado.
Es fundamental saber qué es lo que el organismo necesita para estar sano, por ejemplo, si el cuerpo pide un descanso, hay que dárselo. Es importante saber que no están solos en la tarea de ser padres, hay gente como los abuelos, amigos que pueden colaborar en esta etapa de vida.
La publicación recomienda que también se pueden realizar actividades físicas relajantes como el yoga.
Es importante destacar que tener una dieta saludable y realizar de manera adecuada actividades físcia y de descanso, entre otros, ayudará a mejorar y sentirse relajados.