Recordó que este problema consiste en una inflamación de las glándulas mamarias que se manifiesta con dolor intenso, endurecimiento del seno, enrojecimiento de la piel y aumento de la temperatura corporal.
El doctor indicó que el tipo más frecuente es la llamada mastitis puerperal, que se presenta en las primeras dos semanas de lactancia y se caracteriza por provocar un estancamiento de la leche, debido a la inexperiencia en la técnica de amamantamiento.
En otros casos, dijo, se origina por bacterias que se encuentran sobre la piel del pecho, como el “estafilococo áureo”, que penetra la aureola o el pezón a través de las grietas en la epidermis que son causadas por la incorrecta o excesiva succión de los recién nacidos.
Gutiérrez Ramírez agregó que a las pacientes que enfrentan esta patología se les prescriben antibióticos y antinflamatorios, aunque aclaró que las mamás no deben dejar de amamantar por esta causa cuando no hay diagnóstico de infección.
Asimismo, entre otras de las medidas preventivas para no desarrollar mastitis son: ofrecer el pecho a demanda, no limitar la duración de la toma, evitar usar ropa ajustada, masajear y limpiar el pecho antes de amamantar, así como una adecuada higiene de manos.
Por otro lado, el galeno advirtió que también existe la mastitis no asociada a la lactancia y el cual es un proceso inflamatorio relacionado con tumores, traumatismos y otro tipo de patologías, como las llamadas autoinmunes o idiopáticas.
Este problema afecta a mujeres de 18 años en adelante, pero predomina en la población de 30 a 35 años de edad, y entre sus síntomas más comunes están el enrojecimiento de la piel, aumento de temperatura en la región del pecho y la presencia de tumores con bordes difusos que no se mueven ni segregan pus.
Por tener características similares a la inflamación que causa el cáncer mamario, es recomendable acudir con un especialista para realizarse estudios como mastografía, ultrasonido y biopsias, a fin de descartar la presencia de carcinomas, aclaró en un comunicado de la Secretaría de Salud.
Gutiérrez Ramírez hizo énfasis en la autoexploración de las mamas a partir de los 18 años en adelante, examen que debe realizarse siete días después de que concluya la menstruación, y la intención es detectar nódulos, zonas de la piel enrojecidas o piel de naranja.
“Si hay sospecha de lesión maligna, sin importar la edad, se tiene que realizar una mastografía. En el caso de mujeres de 40 años en adelante, se debe efectuar la mastografía bilateral y un ultrasonido, para buscar nódulos que no se logran palpar”, finalizó.