Al presentar resultados de su estudio denominado “Genes relacionados a resistencia de streptococcus pyogenes en México”, el investigador adscrito a la División de Inmunología del Centro de Investigación Biomédica del Occidente (CIBO), Alberto Villaseñor Sierra, habló sobre los resultados de la investigación.
Señaló que han estudiado cepas resistentes a macrólidos (antibióticos) que datan de más de 10 años y dijo que el stretococcus pyogenes, es la primera causa de enfermedad inflamatoria de la faringe y amígdalas.“Es la causa número de faringoamigdalitis bacteriana, pero sabemos que la causa es casi siempre viral en un 80 por ciento de los casos, pero cuando se trata de bacterias el S. pyogenes es el factor que la desencadena, por fortuna ya no vemos tantas consecuencias como antes de la faringoamigdalitis, como lo es la fiebre reumática”, expuso.
El pediatra infectólogo manifestó que para establecer la resistencia a la penicilina, que es por hoy, el tratamiento más utilizado en infecciones no invasivas causadas por s. pyogenes, se evaluaron un total de 500 cepas de población mexicana de 1992 al 2012.
Lo anterior dio como resultado, el hecho de que la resistencia a esta antibiótico se ha mantenido estable en los últimos años.
“Esto es muy buen indicador porque por lo menos en las cepas de México no ha habido cambio sustancial y esto nos indica que la resistencia a la penicilina sigue siendo bastante estable en nuestro país, afortunadamente”, refirió.
Incluso afirmó que aunque algunas personas se consideran alérgicas a este medicamento, en realidad la prevalencia de los que realmente no toleran el antibiótico, suele ser mucho menor de lo que se piensa.
“Creemos que hay alérgicos a Penicilina pero no lo son, es común creer que la causa de que un paciente se le inyecte este antibiótico y presente ronchas es por alergia y no es así, es por sensibilidad a la procaína, que es un anestésico que evita el dolor, en realidad de cada 10 pacientes supuestamente alérgico, por lo menos ocho no lo son”.El investigador del IMSS Jalisco, resaltó que en cuanto a otros antibióticos como al eritromicina, fueron evaluadas 467 cepas de población mexicana, primordialmente pacientes del centro y norte del país de un periodo que abarca del año 1999 al 2009.
Del análisis resultó que sólo el 4.9 por ciento que corresponde a 23 cepas, presentaron resistencia a eritromicina. La población incluida en el estudio abarcó a personas desde un año hasta los 82 años de edad.
“La resistencia a eritromicina en nuestro país sigue siendo baja, comparada a otros estudios y países, por ejemplo en Asia, la resistencia a macrólidos en streptoccus pyogenes es hasta de un 80 por ciento”, refirió.
El investigador destacó la importancia de continuar monitoreando el factor de resistencia a antibióticos en el país, con el fin de tratar las infecciones no invasivas de manera efectiva.