"Porque las mujeres han dicho NO"

27 de Enero de 2016
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Buenos Aires, octubre. (Especial SEMlac).- Octubre aún inconcluso y la pregunta es: ¿cuántas más? ¿Cuántas mujeres más serán víctimas de violencia machista? Transcurrieron las primeras semanas del mes y los femicidios registrados en Argentina ya son 13.

Fueron días agitados y penetrantes los pasados. Así, la dura rutina periodística de enterarse de un femicidio y apenas iniciar una investigación para narrarlo, era interrumpida a las horas por otro caso y al rato por otro.

El lamentable conteo de femicidios de octubre se inició el martes 6, con Sandra Elizabeth Costantopulos, asesinada por su ex pareja, quien horas después del ataque se suicidó.

El 7 de octubre, Daiana Luisa Rodríguez fue baleada supuestamente por su novio. Casi al unísono, en el sur argentino, asesinaron por asfixia a María de la Cruz.

El jueves 8 encontraron Marlene Carruman López, en un pastizal de la provincia de Mendoza. Apenas pasaron 24 horas, y en Tartagal, provincia de Salta, se conoció el femicidio de Silvina Barba, de 23 años, y se cree que el femicida fue su ex pareja.

El 10 de octubre, en Mar del Plata, a pesar de haber denunciado malos tratos por parte de su pareja, Rosario del Carmen Salinas resultó asesinada. Al mismo tiempo, y en esa misma ciudad, el contador de femicidios sumó a Claudia Sposetti, cuyo cuerpo se encontró apuñalado luego de 48 horas de búsqueda. Se sospecha de su ex pareja. Luego fue Julieta Mena, asesinada a golpes en Ramos Mejía y su novio Marcos Andrés Mansilla fue detenido luego de estar prófugo.

La activista trans Diana Sacayán fue la víctima número 10 de este octubre aún sin terminar. Sacayán fue una reconocida militante del colectivo LGTB. Su femicidio/travesticidio hizo aún más pesado el luto social.
Así se siguió contando y al cierre de este informe se sumaron tres casos más.

Esto, que parece un indiferente conteo, sucedió en el país donde el pasado 3 de junio se tomaron masivamente las calles y un velatorio masivo dijo: #Ni Una Menos Por entonces, el medidor de femicidios calculaba un caso cada 33 horas. Sin embargo, en esos días hizo falta recalcular y decir que cada 20 y tantas horas en Argentina, una mujer es víctima de femicidio.

Según la ONG La Casa del Encuentro, en los últimos siete años hubo 1.808 femicidios Esto significa que 2.196 hijas e hijos se quedaron sin madre. De ese total, 1.403 son menores de edad.

Las cifras son historias, vidas truncadas y un puñado de víctimas colaterales. Cada víctima de femicidio se convierte en sonrisas eternizadas en pancartas que transitarán tribunales o fotos que graficarán las noticias.

En muchos de los casos enumerados, las víctimas habían realizado denuncias previas y muchos de los agresores tenían prohibido acercarse a ellas. Sin embargo, lo adverso es que luego de una denuncia, la víctima es más acechada por el agresor.

En Argentina existe una ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, pero no está implementada en su totalidad.

SEMlac consultó a la ex Comisionada Presidencial para el Femicidio de Guatemala, la periodista Alba Trejo, quien dijo que aun cuando existen mecanismos legales de protección no significa que haya garantías.
"Los jueces y juezas aún tienen prejuicios sobre la vida de las víctimas. Todavía se mantienen en el esquema de que ella provocó, que ella no respetó, etc. A la vez, cuando hay más protección legal, mayor es el efecto de la violencia.

"Los hombres no conciben que una mujer los denuncie o que la ley los castigue (entonces la violencia se multiplica)", continuó Trejo.

Sabido es que una legislación surge porque hay una realidad que lo requiere. Pero, con las leyes no alcanza para revertir una realidad porque el cambio parte de lo socio-cultural.

El reconocido psiquiatra Enrique Stola subrayó ante SEMlac que "los patriarcados tienen sexo y es el masculino. No así el machismo, que atraviesa todos los cerebros".

Stola caracteriza al colectivo machista integrado por "la mayoría de los hombres y también las mujeres y otras identidades feminizadas colonizadas por la visión del dominador"

Y para entender el aumento de la violencia machista, Stola enfatizó ante SEMlac que los hombres han cambiado históricamente porque las mujeres han dicho NO.

En su opinión, "los cambios se siguen dando porque las mujeres, que aún están ubicadas en una situación subordinada en relación con lo masculino, con sus luchas, siguen modificando la realidad y ganando espacios, aunque el espacio público sigue siendo masculino".

Entonces, "los hombres perciben esos cambios, se resisten y sienten una creciente inseguridad. Creo que los hombres más desequilibrados, más inestables de ese colectivo machista ante el NO de las mujeres, matan.

Mientras tanto, otros integrantes de ese colectivo dicen ´no las queremos muertas, pero SI subordinadas´. El NO de las mujeres cuestiona el poder masculino", continuó Stola.

Acciones
Mientras la escalada de crímenes por razón de género va en aumento, diversos colectivos coparon las redes con posicionamientos y propuestas de manifestaciones públicas en contra la violencia machista.

Una de estas acciones fue lanzada por la Red de Periodistas con Visión de Género en Argentina -RIPVG en Argentina-, que copó las redes con la frase: Periodistas Hartxs de contar femicidios.

Es notable el compromiso de parte de varones para poner fin a la violencia machista. En este sentido, el periodista Maximiliano Montenegro, miembro de la RIPVG en Argentina, interpelaba en una columna del diario El Popular, ¿Por qué matamos? (los varones a mujeres).

Una de sus respuestas fue: "Porque las consideramos de nuestra propiedad. Nuestras y de nadie más. Como cosas, objetos, mercancías. No hay pasión en esos crímenes y mucho menos amor. No hay justificación en los celos, ni en las infidelidades, tampoco en presuntas razones que se reducen en el concepto de "malas mujeres". Matamos porque aprendimos que estamos arriba, nunca al costado de ellas. Porque no logramos reflexionar sobre nuestros privilegios de género. Porque nos criaron con mandatos machistas y tenemos que imponernos, ser superiores, siempre. Porque tenemos miedo a la igualdad de derechos".

A la vez, se convocó para el jueves 5 de noviembre a una Marcha en Silencio de Hombres contra el femicidio. La convocatoria se realizará en diferentes ciudades bajo el lema: "Ponéte la pollera si sos hombre". Roman Mazzilli, iniciador de esta acción, relató a SEMlac que la idea surgió luego del décimo femicidio de octubre, el de Diana Sacayán.

"Fue una sensación de impotencia que ya me venía desbordando. Pensé que nos estábamos transformando en una sociedad sin hombres: unos golpeando y asesinando, otros callando y dejando hacer. Sentí que la manera de desarmar esta violencia sin límites, que ejercen algunos, es dejar de ser parte de los hombres que naturalizamos esta situación"

Román no se quedó en la encerrona de la angustia, sino que posteó su pensamiento en su muro de Facebook y convocó a sus contactos a pensar ideas para marchar.

Se le ocurrió un elemento simbólico: "marchemos con polleras que nos presten las mujeres. Las polleras serán un símbolo de que nos ponemos en su lugar, que todos somos mujeres en riesgo, que si tocan a una, en realidad nos están tocando a todos, no solo a todas".

Es que "las mujeres durante el último siglo -siguió Mazzilli- vienen haciéndose cargo de modificar su lugar en la sociedad y también de estar al frente de la mayoría de las causas que no solo las involucran por los intereses del género, sino que nos involucran a la sociedad en general.

"Ante este avance, el activista observa que "los varones parecemos observadores de algunos fenómenos culturales, como desorientados de nuestro rol si es mas allá de lo tradicional, sea en la casa, en el trabajo o en la actividad política".

La Marcha en silencio de hombres contra el femicidio promete tomar las calles de diferentes ciudades de la Argentina.

Mazzilli también comentó a SEMlac que han recibido mucho apoyo y compromiso, pero lo que más le sorprende son las críticas.

"Proponer una acción despierta un tsunami de opiniones que intentan interpelar convocatoria y su propuesta. Por un lado, me parece muy interesante que conversemos, que nos escuchemos en la diversidad de planteos; por otro, cuido que nada nos haga perder el objetivo y la acción".

Por: Norma Loto

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