Avances de mujeres marcados por la organización y el respeto

Mérida, México, enero (SEMlac).- Las mujeres hemos avanzado cuando estamos organizadas y juntas, sostuvo la periodista Sara Lovera López, directora del Servicio Especial de la Mujer México (SemMéxico) al presentar la conferencia magistral Participación Política de las Mujeres Mexicanas, en la celebración del centenario del Primer Congreso Feminista de Yucatán.

En el auditorio Silvio Zavala Vallado, del Centro Cultural de esta ciudad, Lovera López hizo un recuento histórico de las acciones que marcaron la vida política, social y económica de las mexicanas a lo largo del último siglo y un poco más, y destacó que en todas las épocas y etapas los avances las mujeres solo se han conseguido cuando trabajamos colectivamente y de manera plural, sin dogmatismos ni prejuicios, con un estado de confianza en las otras y de respeto a su capacidad y desarrollo.

Contundente, enfatizó que esa organización es lo único que ha permitido que los sueños de las mujeres del siglo XIX se hicieran posible en términos de derechos y de algunos avances y oportunidades para las mujeres en el siglo XX.

La participación de las mujeres en política de manera plural se ha dado en tres importantes etapas de la vida del país: en el siglo XIX, en el que surgen las primera organizaciones de mujeres ocultas en la historia, que tiene que ver con las organizaciones de los gremios, como las cosechadoras de tabaco en Veracruz, una organización gremial que nace antes de los procesos de ciudadanización.

A finales del siglo XIX aparecen los clubes feministas como las Hijas de Cuauhtémoc, con Juana Belén Gutiérrez de Mendoza. Lo que sigue son las publicaciones, donde escribieron de ellas, sus dificultades, la violencia que vivían. En ese lugar se inscribe la revista literaria, pero con contenido, La Siempreviva, que edita Rita Cetina Gutiérrez.

La periodista con más de cuarenta años de experiencia, muchos de ellos dedicados a visibilizar la condición social de las mujeres, explicó que las revistas permiten que haya un encuentro de las mujeres que ya tienen clubes y asociaciones con las progresistas que van a hacer antirreleccionistas y antiporfiristas.

En una segunda etapa larga, de 1915 a 1960, aparecen los congresos de las mujeres, como los dos de Yucatán, tres congresos de obreras y campesinas en la década de los treinta y los encuentros iberoamericanos, además de la construcción de partidos y corporativos sindicales con sus respectivas secciones femeniles.

Y una tercera etapa toma el ejemplo del Frente Único pro Derechos de la Mujer (1935), cuyo modelo se replica hasta hoy, a través de la Red de Mujeres en Plural. En ese sentido, la periodista reiteró que el tema de la participación política de las mujeres tiene que ver con la capacidad de diálogo y de avance conjunto, lo que nos permite tener derechos.

Como ejemplo, citó que el encuentro plural permitió acceder a la constitucionalidad de la paridad, "lo que presenta (Enrique) Peña Nieto como una reforma al código electoral, las diputadas de diversos partidos, plurales, lo ponen como un principio constitucional, el hecho concreto es que no hay marcha atrás".

Todo es una cadena que no se puede romper y el reto es mantener esa cadena, dijo parafraseando a la ex gobernadora de Yucatán, Dulce María Sauri Riancho, y apuntó que las mexicanas procedemos de una larga tradición de ejercicios de nuestra ciudadanía y procesos organizativos en todas las épocas de la historia de México.

Por:Soledad Jarquín Edgar