Mirar a los jóvenes en la prevención del VIH/sida

11 de Abril de 2016
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reportaje
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La Habana, abril (SEMlac).- Prevenir el VIH/sida necesita de campañas y mensajes personalizados, con un enfoque de género y articuladas desde la propuesta de una vida sin violencia, coincidieron especialistas reunidos en el II Congreso Internacional de Promoción de la Salud, celebrado la pasada semana en La Habana.

En ese contexto, los públicos jóvenes representan el desafío mayor para la promoción de salud, pues aunque son minoritarios en la estructura de la epidemia cubana hoy, un cambio de sus comportamientos relativos a la salud y la vida en pareja podría modificar el panorama de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana en el futuro.

"Hay que movilizar conciencias y potenciar los factores protectores en esa quinta parte de la población que constituyen hoy nuestras juventudes", explicó la psicóloga Idania Rego, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), quien intervino en el X Taller regional de promoción y educación para la salud en el ámbito escolar y universitario, realizado en paralelo con el ya citado congreso.

En Cuba, unas ocho personas por cada 1.000 son seropositivas al VIH/sida, lo que representan una prevalencia de 0,27 por ciento. Solo dos territorios superan esa cifra: La Habana y la Isla de la Juventud, precisó en el evento la doctora María Isela Lantero, jefa del Departamento de ITS y VIH/sida del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).

La epidemia sigue siendo altamente masculina, con el cuatro por ciento de prevalencia en hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), y entre las personas que practican sexo transaccional (prostitución) las cifras también son alarmantes: 3,31 por ciento entre hombres y 1,01 por ciento entre las mujeres, alertó la experta.

Sin embargo, la prevalencia de la epidemia en las edades jóvenes es baja: 0,9 por ciento entre los 15 y los 24 años y 0,2 por ciento entre los 15 y los 19, indicó Lantero.

Pero la infección no ha dejado de crecer entre adolescentes y jóvenes, aunque lo haga lentamente, lo cual alerta de la necesidad de atender específicamente a estos grupos, coincidieron participantes en el taller.

Para no perder el rumbo

Aunque hay elementos comunes, no puede hablarse de una juventud homogénea en Cuba hoy porque hay diferencias muy notables entre un joven universitario de la capital y un adolescente serrano, o entre una muchacha cuentapropista y una madre precoz, detalló Rego durante las sesiones de trabajo.

"Debemos interiorizar que adolescentes y jóvenes no son solo el público, sino sujetos de derecho y parte activa en la evolución de la realidad", precisó.

Los mensajes promocionales deben nacer desde y para esta multiplicidad de grupos que tienen hoy entre 14 y 30 años, e incluso los que clasifican con un poco menos o un poco más, porque hay evidencias de conductas sexuales tipificadas como juveniles en menores y mayores de esos límites, abundó.

Datos de la última Encuesta sobre Indicadores de Prevención e Infección por el VIH/sida, publicada en 2015 por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), proporcionan algunos datos que respaldan la preocupación de Rego.

El estudio confirmó el inicio temprano de las relaciones sexuales en Cuba, y focalizó la mirada sobre el grupo de adolescentes entre 12 y 14 años, porque "proporcionalmente más varones que muchachas declaran haber iniciado su vida sexual a esas edades, cuando el proceso de desarrollo físico, mental y de los órganos sexuales comienza más temprano en las mujeres que en los hombres".

Aunque la mayoría de muchachas y muchachos confirma haber tenido sexo por primera vez "por deseo o convencimiento propio", llama la atención que más del 60 por ciento de la población encuestada por la ONEI tuvo su primera relación sexual con parejas de mayor edad, "un indicador que aporta elementos para explicar la vulnerabilidad de los adolescentes y especialmente de las mujeres".

Tal reflexión también se cumple en el caso de los adolecentes varones que tienen sexo con otros hombres.

Entre estas poblaciones jóvenes, además, persisten creencias erróneas que limitan una adecuada percepción de riesgo de contraer la enfermedad.

"Entre las personas de 12 a 49 años residentes en el país persisten un grupo de falsas creencias en torno al VIH/sida y al uso del condón como medio de protección que actúan como inhibidores de la motivación para protegerse y representan por consiguiente un potencial para la propagación del VIH en el país", precisó el estudio.

Otro dato interesante, medido por primera vez en esta edición de la Encuesta sobre Indicadores… es la ocurrencia de violencia en las relaciones de pareja.

"En los jóvenes de 15 a 29 años, los comportamientos violentos en las relaciones de pareja fueron más frecuentes que entre los adultos", cita el estudio.

Aunque el propio informe de investigación reconoce que habría que profundizar con otras investigaciones en busca de las causas de este comportamiento, queda claro que la socialización violenta en las relaciones de pareja es un factor de riesgo para la infección por VIH/sida que merece ser tenido en cuenta, también, por las estrategias de comunicación en materia de prevención de salud.

"La mejor inversión que se puede realizar en salud es promover una conducta responsable hacia la salud propia y del entorno", afirmó la doctora Rosaida Ochoa, directora de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades y presidenta del comité organizador del Congreso.

"El éxito depende de la gestión del conocimiento en todos los niveles, de potenciar la participación ciudadana desde la etapa de planeamiento, atender la espiritualidad como componente inspirador de la salud y concebir las acciones educativas con un enfoque intersectorial", precisó la directiva. Por: Dixie Edith

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