Juegos Olímpicos Río 2016: Comprar sexo no es un deporte

21 de Marzo de 2016
Guardar
arturo-calvario-secretario-seguridad-publica-policia (1)
arturo-calvario-secretario-seguridad-publica-policia (1)
Río de Janeiro, marzo (Especial de SEMlac).- Río de Janeiro, la "Cidade Maravilhosa", parece potenciarse en vísperas de los Juegos Olímpicos-Río 2016, la competición deportiva internacional que tendrá lugar en esta ciudad del 5 al 21 de agosto y espera la llegada de medio millón de turistas.

Sin embargo, los ánimos no son tan óptimos ni se pueden equiparar con la alegría con la que se esperaba el Mundial de Fútbol en 2014. Los "Jogos Olímpicos", a veces, parecen irritar a cariocas.

¡No estamos enojados por los juegos, nos enoja lo mal que vivimos!", enfatiza Vera, una brasileña que todos los días a la hora del crepúsculo se sienta en una esquina cercana a la Avenida Atlántica y fuma mirando a la nada. Es que los sinsabores que deja traslucir la ejecución de estos acontecimientos deportivos evidencian otras pesadumbres.

Sucede que si bien el turismo es una importante fuente de oportunidades, también es origen de desigualdades. A esto se suma que los eventos deportivos generan un gran movimiento de turistas, pero a su vez suelen traer aparejados el incremento del consumo de prostitución y un favorable escenario para el negocio de la trata.

Si bien la industria turística no es la responsable del aumento en la trata de personas, "su estructura y las características del servicio turístico favorecen las condiciones para ello, en particular por la complacencia de autoridades y ambigüedades en los marcos normativos", refiere el portal de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés).

Según la CATWLAC, el aumento de la demanda de prostitución durante los megaeventos deportivos se relaciona a la afluencia de jugadores, turistas, visitantes, trabajadores y periodistas deportivos que concurren a estos espectáculos.

En un país como Brasil, "donde el turismo sexual ya es prolífico y donde el Gobierno ha normalizado la prostitución como una 'profesión' como cualquier otra, la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 presentan un riesgo significativo de un aumento en el tráfico de personas con fines de la explotación sexual (…)", refiere un documento de CATWLAC.

Además, remarca que fueron óptimos los avances que Brasil ha hecho en el índice de desarrollo humano en los últimos años, pero es contradictorio "el papel del gobierno en la normalización de la prostitución como una práctica cultural y permitir que las mujeres y los menores se compren y se vendan en el comercio sexual con impunidad".

"Brasil está a punto de convertirse en el país con el mayor número de infantes prostituidos en el mundo", señala la referida organización internacional. Un estudio realizado por la Universidad de Brasilia, en 2006, dio como resultado que aproximadamente una cuarta parte de los destinos turísticos de Brasil tenían un mercado activo para la explotación sexual comercial de menores y adolescentes.

Unicef, por su parte, refiere que son más de 250.000 de ellos los que se prostituyen en los diferentes estados de Brasil.

Durante el Mundial de Fútbol 2014, algunas organizaciones se activaron para poner freno al consumo de prostitución. Hoy, dos años después, la misma amenaza sigue perenne en la temporada de los próximos Juegos Olímpicos y Paraolímpicos, Río 2016, por lo cual CATWLAC lanzó la campaña Di No al Turismo Sexual ¡Comprar sexo no es un deporte! Brasil 2014 2016 (http://www.catwlac.org/es/2380-2/)

Esta acción internacional tiene como objetivo "incrementar la conciencia acerca del fenómeno del turismo sexual, principalmente en eventos deportivos. Aun cuando los niños y niñas son los más afectados, la trata de personas con fines de explotación sexual abarca también adolescentes y mujeres en estado de vulnerabilidad", manifestó a SEMlac Teresa Ulloa Ziaurriz, directora regional de CATWLAC.

Esta campaña tiene como antecesora la acción desarrollada en el Mundial de Futbol Brasil-2014, que llevó el mismo nombre. Mientras se desarrolló la copa mundialista, "se pudo documentar que afuera de los estadios se vendían servicios sexuales con niñas de hasta 10 años a cambio de seis reales. (USD 1,70)", sostiene un manifiesto que CATWLAC envió a la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff.

Según Ulloa Ziaurriz, la actual campaña se dirige a "quienes pueden visibilizar el hecho de que el consumo de servicios sexuales es el detonante para la proliferación de este negocio. Esto incluye involucrar lo más posible a las autoridades brasileñas y presionar al gobierno de Brasil para que el turismo sexual sea tipificado como delito, ya que no lo es hasta el momento, por lo que contravienen los tratados internacionales de derechos humanos en esta materia".

Desde 2002, el Ministerio del Trabajo y Empleo brasileño incluyó la prostitución en la lista de trabajos y profesiones autorizadas. Esta medida contempla la prostitución como oficio con un requisito de escolaridad entre cuarto y séptimo grados de educación inicial.

Es decir, que se trata de niveles educativos muy bajos, lo cual indica que la prostitución golpea a los sectores más pobres carentes de oportunidades y que son víctimas de exclusión social.

En tanto, considerar la prostitución como una ocupación viola el Artículo 6 de la Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW), ratificada por Brasil

Durante la campaña "No al turismo sexual. ¡Comprar sexo no es deporte!", desarrollada en el 2014 fueron muchos los actores claves que se sumaron para redoblar esfuerzos, por ejemplo: Ministerio Público de Sao Paulo y Natal, la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa de Sao Paulo, Ministerio de Seguridad, Consejo de Estado de la Condición de la Mujer, entre otros.

El compromiso no solo fue una rúbrica simbólica, sino que las autoridades brasileñas comenzaron a intervenir los sitios web que ofrecen sexo y la realización de incursiones en prostíbulos.

También se logró que el Estado brasileño desestime las campañas de varios grupos pro-prostitución y que la firma deportiva Adidas levante de la venta remeras que promovían la prostitución con imágenes de mujeres en bikini y el lema "Lookin to Score".

"A través de nuestra campaña -continuó Ulloa Ziaurriz- hemos tratado de promover el modelo nórdico y desafiar el status quo en Brasil, aunque todavía queda mucho por hacer para llegar a nuestro objetivo final que es lograr que Brasil adopte ese modelo".

El "modelo nórdico" es una importante referencia a nivel mundial por sus medidas pioneras para abordar la problemática de la explotación sexual de personas. Tiene su origen en Suecia, donde se aprobó la Ley que Prohíbe la Compra de Servicios Sexuales y sanciona a todas las personas que demanden servicios sexuales sin importar su sexo y no criminaliza a la víctima.

"La Copa Mundial de la FIFA 2014 nos proporcionó una plataforma para dar a conocer que el turismo de manera sexo viola los derechos humanos de las mujeres y las niñas y, en particular, el papel de la demanda", subrayó la directora regional de CATWLAC.

Por su parte, el ministro de Trabajo y previsión Social del Brasil, Miguel Rosseto, se comprometió en enero de este año a priorizar la creación de campañas para combatir el trabajo infantil y la explotación sexual.

Según el compromiso asumido por esa cartera ministerial, las campañas para combatir el trabajo infantil y la explotación sexual deben comenzar por lo menos 30 días antes de los Juegos Olímpicos.

A pocos meses del inicio de estas competencias, se evidencia que son las acciones del sector civil las que ponen en jaque el status quo de Brasil. Lo confuso es la intencionalidad de las campañas por parte del Estado, que por un lado se compromete a combatir la prostitución y la trata, pero aún, misteriosamente, mantiene una ley que contempla a la prostitución como un trabajo. Por: Norma Loto

Archivado en