En San Juan del Río ha surgido una situación preocupante: un grupo de individuos que, bajo el disfraz del periodismo, parecen más enfocados en obtener beneficios personales que en cumplir con su deber de informar objetivamente a la ciudadanía.
Estas personas, que se presentan como periodistas, han intentado obstaculizar la labor de medios de comunicación serios, como Rotativo de Querétaro, una institución que ha construido una trayectoria de 35 años con esfuerzo, dedicación y un firme compromiso con la verdad. Ahora, este grupo pretende desmantelar ese legado en perjuicio de la sociedad.
Resulta alarmante que algunos actores en el ámbito informativo busquen monopolizar el acceso a la información pública, ejerciendo presiones sobre funcionarios, empresarios, cuerpos de seguridad, policías y servicios de emergencia.
Su intención parece ser cerrar las puertas informativas a medios como Rotativo de Querétaro, afectando el derecho fundamental de los ciudadanos a recibir información veraz y no manipulada como lo pretenden hacer con los servidores públicos o del sector privado.
Este comportamiento no solo atenta contra la libertad de prensa, sino que vulnera directamente el derecho de la sociedad a estar bien informada. Manipular el acceso y la difusión de información es una grave amenaza para la transparencia y la democracia.
El verdadero periodismo se define por la objetividad, la transparencia y el servicio al bien común. Sin embargo, hemos visto cómo algunos prefieren priorizar intereses personales sobre los principios éticos que deberían guiar la profesión.
Estos actores, en lugar de favorecer el libre flujo de información, parecen interesados en manipular narrativas para satisfacer sus propios fines, lo que representa un serio peligro para la libertad de expresión.
Afortunadamente, no todos los periodistas en San Juan del Río comparten estas prácticas cuestionables. Existen muchos profesionales comprometidos, que ejercen su labor con ética e integridad.
Sin embargo, es crucial que tanto las autoridades como la sociedad civil reconozcan y condenen cualquier intento de coartar la libertad de prensa. No podemos permitir que el papel de los medios sea distorsionado ni que se comprometa el derecho de la ciudadanía a recibir información oportuna y veraz.
El periodismo es una profesión que exige responsabilidad, ética y un compromiso inquebrantable con la verdad. Aquellos que no compartan estos principios deberían reconsiderar su rol, ya que manipular la información y principalmente a los entes de gobierno, es totalmente incompatible con la nobleza de esta labor. La libertad de expresión y el derecho a la información no deben estar al servicio de intereses particulares, sino del bienestar común.